viernes, 19 de agosto de 2011

A las armas



Hay muchos tipos pero, por definición, un arma es un instrumento utilizado con la finalidad de atacar, de infligir daño a un contrincante hasta provocar una situación de superioridad que permita subyugarlo ante nuestra voluntad. Huelga decir que no siempre tienen que hacer sangrar, herir o matar, que segar la vida, a veces basta simplemente con cambiarla.

Existe una suerte de sutileza combativa que, como la música que se escucha desde lejos, se cuela dentro de nosotros de manera suave, sin provocar heridas, incluso haciéndonos disfrutar. Lo que en un primer momento es utilizado como un arma contra nosotros termina siendo un instrumento que nosotros mismos aprendemos a usar casi por instinto. Y es que resulta maravilloso comprobar cómo la vida gira y gira cambiando las tornas y cómo el que en ocasiones se nos presenta como un enemigo, o un verdugo, termina siendo un amigo que nos ayuda.

Tendemos a ir de frente contra los muros, dispuestos a estrellarnos contra ellos sólo por creernos en posesión de la verdad y eso duele muchas veces, nos causa más heridas que las armas que creemos que usan contra nosotros. Cuanto más convencidos estamos de lo que decimos, menos aceptamos las opiniones divergentes del resto y con esto vienen las trifulcas, a veces dialécticas y a veces no. Con esto me refiero al fanatismo, a la fe ciega sin capacidad de revisión. No hablo tampoco de esa lógica irritante, respondona y repelente de la que a veces hago gala y que hace cerrarse en banda a aquellos que están convencidos de algo, pero sí de la capacidad crítica de dudar de todo lo establecido, aunque sea lo que nosotros creemos 'a pies juntillas'.

Vivimos una época de sordera individual y colectiva. Siendo que la gran mayoría tenemos las aptitudes mínimas para poder escuchar, no hacemos alarde de ellas. Igual es que el orgullo o el dogmatismo inculcado nos invade las trompas de eustaquio y los nervios ópticos, inutilizándolos. O peor aún, no estamos sordos, estamos mentalmente bloqueados. Nuestros cerebros no atienden a los estímulos que no nos son afines y que no refuerzan nuestra línea de pensamiento.

Por eso grito: A las armas. A las verdaderas armas, las del pensamiento. Las que son capaces de convertirnos en peligrosos. Y no me refiero tener la capacidad de hacer daño al resto, porque esa la poseemos todos, por definición. El ser humano es tan frágil que cualquiera puede ser dañino para el resto hasta el punto de segarle la vida.

Las armas de las que yo hablo son las que nos hacen pensar. Las que nos convierten en un estorbo, en un verdadero peligro para los que de encargan de perpetuar un sistema que nos aliena y nos hunde en el desinterés, convirtiéndonos en estómagos agradecidos, que cada vez se conforman con menos. Dando gracias por llegar a duras penas al día de cobro del siguiente mes, distraídos con una televisión deleznable, pseudoinformados por medios que ocultan la verdad bailando al son de los intereses económicos y haciendo campaña descarada para convertir en vergonzante cualquier acto de libertad que vaya en contra del discurso establecido que nos mantiene dóciles y encorsetados.

El principal activo del humano como especie es su cerebro. La capacidad de aprendizaje es lo que nos ha hecho sobrevivir a lo largo del proceso evolutivo. Esa es nuestra baza. No podemos permitirnos ser unos ignorantes acomodados, seducidos por el entretenimiento vacuo que nos mantiene inmóviles ante los abusos y serviles a un sistema que nos devora como mercancías o recursos.

Los libros, los documentales, los ensayos, los artículos, etcétera, son instrumentos que tenemos la obligación de utilizar para poder convertirnos en gente peligrosa para los que abusan de nosotros de manera institucional. La necesidad de estar despiertos, de saber lo que realmente está pasando, de no creer el discurso oficial a pies juntillas y de rebelarnos contra los que nos manipulan, engañan y se aprovechan de nosotros, sin un ápice de arrepentimiento, es cada vez más acuciante.

Resulta preocupante, es más, da miedo, ver como cada vez el acceso a la cultura es más restringido para la gente sin recursos. Primero los recortes en educación, las constantes reformas del sistema que lo convierten en un generador de analfabetos funcionales con capacidad para leer y escribir (y a veces ni eso) pero sin un mínimo de capacidad para el pensamiento crítico. Después la constante queja de los aspectos económicos deficitarios de la educación universitaria (sugiriendo sutilmente la privatización del sector) sin tener en cuenta que los beneficios de este sistema educativo no tienen que ser económicos a corto plazo. La educación no tiene que crear superávit por sí misma, genera otro tipo de riquezas. Por último, las iniciativas para privatizar la gestión de las bibliotecas. Lo que en EE.UU. ya es una realidad, en España comienza a resonar como el rumor de un río.

Vivimos en la era de la información. Internet es una grandísima biblioteca en la que encontrar documentación sobre casi todo. Oficial y no oficial, opiniones de infinidad de gente a favor y en contra de lo que sea. Una oportunidad de desarrollar nuestro sentido crítico para comprender las realidades completas, no sesgadas o pobremente encuadradas. Sólo hay que tirar del hilo.

Y cuando los gobiernos comiencen a alegar cuestiones de seguridad, que es lo que alegan siempre para destrozar libertades informativas y de expresión, para poner vedas y restricciones a Internet (cosa que harán a raíz de la cortina de humo Wikileaks), sabremos que ha llegado la última fase de una mordaza que siempre se intenta imponer para controlarnos: la ignorancia y el miedo.

No se lo permitamos, a las armas.

martes, 9 de agosto de 2011

Verano al Sol y protección solar




El Ministerio cambió de Ministro y con él de registro. Si bien Rubalcaba no quiso mancharse las manos de cara a la carrera presidencial (no porque no estuviera deseando disolvernos a hostias), su sustituto, el señor Camacho, la 'ha liao parda'.

'Con dos cojones', debieron pensar él, y la delegada Carrión, ante el intento de las personas (me niego a llamarles 'indignados') que volvieron a Sol durante estos días. No bastó con impedir el acceso al mítico lugar madrileño, como si de un acto dictatorial o un estado de excepción no declarado legislativamente se tratase, tenían que sacar a cazar a los perros, porque tanto tiempo esperando con las cadenas puestas ya era demasiado y empezaban a impacientarse.

La cosa es que cargaron, y la cagaron. Igual es que entre 'perroflauta' y 'perro del Estado' prefiero lo primero, pero eso ya es cosa mía, supongo. Conclusión: 20 heridos (7 de ellos policías, como se empeñan en decir en los medios. Ni que eso les hiciera más persona que al resto). ¿Heridos dónde, en el orgullo? Porque llevaban escudos, cascos y porras. ¿O es que un arañazo ya es ser herido leve? Y mientras personas (no perros obedientes) con la cabeza sangrando.

Podría ser que el bombardeo previo con aviones de papel les dolió tanto que necesitaban resarcirse. Ahora nadie tiene la responsabilidad. Unos “obedecían órdenes de otros” y los otros “no les habían dado órdenes a los unos”. Y mientras tanto, la televisión ha tenido que hacer caso de una puta vez a lo que estaba pasando. Porque señores y señoras, manda huevos que para seguir informativamente todo esto se tenga que recurrir a una televisión latinoamericana.

“Doscientas personas no pueden paralizar una ciudad como Madrid” decía Rubalcaba. Teniendo en cuenta que los efectivos de antidisturbios estaban cifrados en 600 según la mayoría de los mass media (seguramente serían más) no me salen las cuentas, señor candidato. Hubiéramos tocado a 3 agentes por persona, creo que más que suficiente para reducirnos, apalearnos o matarnos, llegado el caso.

Es como cuando El Mundo dice cientos, que en realidad somos cientos, dependiendo de cómo se cuente, pero obviando que muchos cientos son miles. Esta insignificante ley de proporción matemática se lleva aplicando durante todo el movimiento 15M. No es que me moleste que lo ninguneen, porque eso da una visión muy clara de cómo tienen de apretado el culo, pero ya es una cuestión de honestidad, señores.

Lo de estos últimos días no es por la visita del Papa, no. Es por no quedar mal en ella. No se si viene en calidad de Jefe de un Estado irrisorio, o de líder eclesiástico haciendo una aparición financiada en parte por un Estado autodefinido como laico. Y ante el miedo al bochorno que supondría que nos comamos crudas a las juventudes católicas les entra el canguelo a los dirigentes españoles.

Bueno, en esto ya llega el surrealismo en plan exacerbado. Primero un comunicado del SUP (Sindicato Unificado de Policía) diciendo que no pueden hacer frente al movimiento, que les parecen legítimas sus protestas, pero que cuiden las formas. La misma noche, las cargas policiales en Madrid. El día siguiente directamente se abre el acceso a Sol de nuevo. Quizá las reacciones empiezan a hacer temer que a la gente le de por tirar piedras y palos en lugar de aviones de papel.

Después viene lo de Málaga. No voy a ahondar en este tema pues ya han corrido ríos de tinta tanto de un lado como de otro. Pero vamos, que siguen encumbrándose.

Hablaba el otro día con Rubén, un amigo que suele tomar cervezas en esta tasca y un habitual de las protestas. El planteamiento venía siendo el mismo en ambos. Intentar explicarles de manera calmada y respetuosa a los antidisturbios que no tenemos miedo, que no vamos a retroceder, y que si se empeñan ellos (o sus jefes) en proteger a las élites del sistema en lugar de al pueblo al que se deben, vamos a ser muchos más de los que creen los que estaremos encantados de hacer saltar sus cascos y sus escudos quebrarse. Y que nos crean por su bien, porque somos muchos más que ellos. Esto no es una amenaza, ni mucho menos. Creo que el término técnico es un “uso razonable de la fuerza disuasoria”. (Eufemismos sabemos usar todos. Gobiernos de turno y mass media: apúntenselo).

Y en esto coge Londres y estalla, se quema, arde... London's on fire! Y claro, las empresas, la UE, los organismos supranacionales y los mercados internacionales, se acojonan. Resulta que sólo son vándalos que llevan a cabo saqueos. Nadie viene a explicar la desigualdad social que tiene lugar en la principal capital bursátil europea. Nadie dice cómo mientras se gasta una cantidad de dinero público ingente en infraestructuras para los JJ.OO. de 2012, se aumentan exponencialmente las matrículas universitarias, negándole así estudios superiores a las personas que no puedan costear lo que en España costaría una universidad privada, por poner un ejemplo de dominio público en cuanto a los recortes sociales producidos en el Reino Unido durante el último año. Nadie se refiere, por supuesto, al número de personas que han muerto en dependencias policiales en los últimos años, o por el uso de la fuerza de los cuerpos de seguridad británicos.

De la misma manera, oigo en los informativos de Cuatro que la saga de videojuegos GTA podría haber alentado la respuesta violenta de la población y que el servicio de mensajería de Blackberry hace que para la policía sea imposible anticiparse a la coordinación de lo que los medios ya califican de movimiento criminal totalmente organizado. Vale, ahora entiendo por qué saqueaban las tiendas de electrónica: necesitaban Blackberrys para organizarse y Play Stations para entrenar. Está clarísimo.

Mientras tanto, en España nos pegan y nosotros seguimos llevándoles clavelitos blancos a los señores policías, que al fin y al cabo, sólo hacen su trabajo. Y es que somos una 'revolución pacífica'. Y una mierda revolución. Somos el producto de un bienpensantismo de carácter progre que supedita nuestras protestas al mero nivel de cosquillas institucionales. A veces ni siquiera eso, puesto que como ha quedado demostrado por la cobertura informativa, para saber uno algo de lo que estaba pasando en Sol a tiempo real, se tenía que conectar vía Internet a una televisión venezolana.

Y es que mientras el sistema no se sienta realmente amenazado, mientras el ritmo de vida de las élites no se vea en verdadero peligro, mientras no tengan más cojones que escucharnos, por las buenas o por las malas, porque no les quede más remedio, aquí no hay 'tu tía' señores.

Por cierto, y como último apunte al margen. La Comunidad de Madrid aumenta un 50% las tarifas de transporte público urbano mientras que a los apuntados a las Jornadas Mundiales de la Juventud les ofrecerá un abono con un descuento del 80%. Con dos cojones.


Dimitri Ryznard.

miércoles, 8 de junio de 2011

Rebajas de verano (o De cómo presionar a gobiernos no afines para comprar sector público a precio de saldo).



Leí ayer en la prensa como la victoria de Humala en las presidenciales de Perú ha acarreado una caída de la bolsa de Lima de entre el 8% y el 13%, dependiendo del medio consultado. Es más, el parqué peruano tuvo que ser cerrado tres horas antes de lo habitual para intentar contener la sangría de valores que se estaba produciendo motivada por los mismos de siempre.

Pasemos a analizar las razones de la caída provocada de la bolsa de Lima, que si bien son evidentes, no está de más hacer patentes en este artículo. En primer lugar, los medios califican a Ollanta Humala como un líder de carácter nacionalista y alineado con la izquierda. En muchos casos no se han hecho esperar las referencias, explícitas o implícitas, a su sintonía con Chávez que, como todos ya sabemos, es el demonio en persona y un dictador. La comparación es, de todos modos, un error de bulto, ya que el Humala se identifica quizá más con Lula que con el líder bolivariano.

En cuanto a Chávez, pasemos por alto que es un presidente electo, es un dictador y punto. Si lo dicen los medios de comunicación occidentales, a la fuerza tiene que ser verdad, ya que son totalmente independientes de los intereses económicos y su integridad y código deontológico les impiden mentirnos. Si esto no fuera así, adónde iríamos a parar, por favor.

En esta tesitura podemos entender perfectamente por qué esos demiurgos políticosociales situados por encima del bien y del mal, conocidos como mercados, no confían en Humala. Está claro que es mucho mejor para gobernar un país latinoamericano la primogénita de un asesino como Fujimori. La mano dura ejercida sobre la población siempre ha tranquilizado mucho a los poderes económicos, eso no es nuevo.

Sólo quiero hacer un pequeño apunte antes de volver al tema central que nos ocupa. De todos es sabido que la financiación de la trayectoria académica de Keiko Fujimori representa una más de las opacidades del gobierno de su padre. Ya no sé si comprobar que la posibilidad de corrupción es patrimonio de toda la clase política a nivel mundial, y no sólo de la española, es algo que me tranquilice o que me enerve aún más.

Volviendo al asunto, los señores mercados manifiestan ahora su falta de confianza en el gobierno de Humala, ya que creen que pueda alterar el modelo económico actual de Perú, conduciéndolo hacia la nacionalización de empresas privadas, algo deleznable para los neoliberales sin escrúpulos que adoctrinan con la desregulación de los sectores estratégicos como la única fórmula posible de prosperidad económica. De prosperidad para ellos, evidentemente.

Por eso no dudan en agitar la bolsa de Perú y hacer caer sus valores por encima de un 10% hasta que Humala no agache la cabeza reconociendo que va a plegarse a sus exigencias internacionalistas, favoreciendo una economía 'de mercado' y de sectores privados. Como el equipo financiero del gobierno aún no está formado, no dejarán de presionar el cuello de la economía peruana con su bota hasta que estén seguros de que otro país latinoamericano no va a girar hacia la izquierda.

De este modo son los propios empresarios del país los que presionan a Humala para formar un gobierno cuanto antes. Uno que, evidentemente se pliegue a sus necesidades y exigencias y les permita seguir desarrollando su actividad tranquilamente en una economía de mercado adecuada para los grandes capitales.

Lo mismo ocurre en el resto del planeta. Una de las quejas principales de los indignados, o como coño nos quieran llamar, a nivel mundial es esa. ¿Para qué votar en unas elecciones, si finalmente gobiernan los mercados? Volvemos a 'El Engranaje', de Jean Paul Sartre, en el que se ve como los poderes fácticos aprietan y ahogan hasta conseguir doblegar la voluntad de estados enteros.

Los movimientos de capitales en los mercados especulativos hacen tambalearse países enteros. Desde estos se promueve la asfixia de los estados que pueden suponer un mayor problema para las tendencias neoliberales. El asunto es fácil: hundimos a un país mediante la especulación, lo rescatamos, por el camino nos aseguramos su servilismo basado en los intereses de la deuda y, ya de paso, compramos baratas sus empresas públicas de sectores estratégicos. Del mismo modo, aduciendo la falta de liquidez de las arcas estatales, desinvertimos en necesidades cubiertas por el sector público y creamos un nicho para empresas privadas que, evidentemente, pertenecerán a los grandes capitales mencionados anteriormente. Eso es un 'melocotonazo' y no La Mandanga del Fary.

Realizando un análisis de situación motivado por la crisis financiera que atravesamos me atrevo a decir lo siguiente, por conspiranoico que suene. Desde mi punto de vista, este episodio no es más que un movimiento orquestado para expoliar los recursos públicos que quedan, así como para comprar a precio de saldo las propiedades de las personas 'normales' y, convertirlas cada vez más en esclavas de la economía de crédito.

Como hecho ilustrativo de esta teoría podemos referirnos a la prensa de los últimos días, en la que se ve como el gobierno griego ha vendido otro 10% de su operadora de telecomunicaciones nacional OTE a DT (Deutsche Telekom). Lo curioso de esta venta es que se produce prácticamente a precio de saldo, como reflejan varios medios de prensa especializada en economía. No es raro, ya que Alemania es el principal benefactor de Grecia y la que ha autorizado su rescate económico. (¿Nos va sonando de algo este patrón?) Así pues, una empresa alemana controla el 40% de un servicio de carácter estratégico griego, mientras que al gobierno de ese país sólo le queda un 10%, que será probablemente vendido en los próximos meses.

Vemos de este modo, como el país que representa una mayor fuerza de protesta en toda la zona euro es, curiosamente, el que atraviesa una crisis más acuciada, el que más agobiado está por acreedores extranjeros y más castigado por las agencias de previsión económica y la prima de deuda. Se somete económicamente mediante la especulación de los grandes capitales y los mercados internacionales a todos aquellos países en los que su masa social es incómoda y se trata de rebelar contra un sistema estructuralmente esclavista.

En lo referente a España, en este caso, podemos hacer un seguimiento del goteo informativo relacionado con la prima de la deuda española para darnos cuenta de la estrategia a seguir. Agencias de calificación como Moody's, que curiosamente forman parte del mismo sistema financiero que nos ha metido en esto, colocan la prima de riesgo española como una de las peores de la zona euro. No podemos olvidar dos cosas: Esta es una agencia privada, con intereses privados que poco tienen que ver con el bien común. Además debemos tener en cuenta que el factor 'miedo' ha sido el utilizado para forzar las reformas laborales y de pensiones, como ahora está pasando con la presión sobre Humala en Perú a cargo de los mercados.

Por otro lado, encontramos como curiosa la 'crisis del pepino'. Debemos tener en cuenta que en nuestro país la agricultura es un sector de un peso específico importante, máxime siendo 'la huerta de Europa'. Es de mala praxis que sin tener pruebas de ningún tipo, se culpe a vegetales de origen español del brote de una enfermedad causada por una bacteria que, casualmente es una cepa mutada. (A hablar de las farmacéuticas no pienso ni entrar en este artículo, pero vamos, aten cabos). Y lo más extraño de todo es que todo esto haya ocurrido justo después de la eclosión de un movimiento social como el 15M, la SpanishRevolution, o simplemente la indignación hasta el límite de una población harta de que nos tomen el pelo y encima nos digan que lo hacen por nuestro bien.

Vamos, blanco y en botella...

jueves, 26 de mayo de 2011

Un par de cosas sueltas.




Llegó el 22 de mayo y pasó por delante de nosotros sin ningún cambio a mejor. Porque cambios significativos sí que hubieron, entre ellos la capacidad del Partido Popular para aprovechar el descontento general y la desidia de unos votantes que, si bien marcaron la jornada por la abstención, terminaron por dar su brazo a torcer entregándole el control de municipios y comunidades a la derecha más rancia y castiza, la española.

Si la única oportunidad que tenemos para ejercer un voto de castigo sobre un Partido Socialista Obrero Español, al que de socialista y obrero no le quedan más que las siglas, es votar a la derecha (de manera directa o por omisión de nuestra responsabilidad de sufragio) estamos apañados.

Crecen por otro lado las opciones minoritarias, pero poco y de manera poco representativa. El Partido Popular barre en estas elecciones haciéndose con el control de la mayoría de comunidades y localidades.

Y es que el sistema electoral protege a los partidos y las candidaturas, no a los electores. En una situación que bien recuerda al Pacto del Pardo (1885), en el que Cánovas y Sagasta acordaron una gobernación basada en el turno rotativo. Curiosamente, en aquel momento también se protegió la continuidad de una monarquía, asunto del que hablaremos en otro momento.

El sistema legislativo que rige nuestras elecciones resulta extremadamente ilusorio. El sufragio universal es un término manido y se supone que uno de los grandes logros de la lucha por los derechos sociales, pero a la vez se convierte en una trampa de doble vertiente. Por un lado, una democracia sofista y demagoga basada en una mayoría no cualificada, aborregada y manipulada por los resortes comunicativos. Por el otro, el que hace la ley hace la trampa, y esta ley electoral fomenta el bipartidismo de manera salvaje, convirtiendo las opciones minoritarias en eternas candidatas a la nada. Amparados en la excusa de la gobernabilidad efectiva esquilman la posibilidad de cambio. Vivimos una pseudodemocracia basada en un sistema 'representativo pero no proporcional', que cada uno lo entienda como quiera o pueda.

Refiriéndonos al primer punto, no me posiciono en una meritocracia intelectual como vía de escape, puesto que la igualdad entre las personas sí que es un derecho básico universal, aunque ya no la respete nadie. Pero llegados a este momento viene al pelo resaltar la crítica de Platón a la mal llamada democracia, puesto que el poder no reside actualmente en el pueblo, sino en un sistema burocrático que da la falsa apariencia de capacidad de elección real.

En cuanto al segundo, relacionado con el primero, es en esta tesitura cuando un cambio de la ley electoral se hace más necesario, y así lo reivindican diferentes movimientos ciudadanos, además de algunos partidos (que evidentemente sólo quieren verse igual de favorecidos que los mayoritarios). La realidad es la siguiente, el sistema actual sólo permite que las candidaturas vengan presentadas por las fuerzas políticas, es decir, sometidas previamente a la aceptación y sistematización de una estructura política 'profesional'. Vamos, que viven de ello.

Las listas abiertas son el demonio, no sea que a la gente le de por creer en las personas en lugar de en unas siglas anquilosadas en el pasado y agarradas con uñas y dientes a sus poltronas. De este modo es como los integrantes de los partidos están dispuestos a vender su alma por conservar su cuota de poder y, además, tienen los medios para hacerlo.

Como primer ejemplo cabe resaltar el aumento de un 9% de la cuantía de las subvenciones para las campaña electoral previa al 22M, mientras que el resto de ciudadanos debemos “apretarnos el cinturón”. Por si esto fuera poco, no podemos olvidar que por ley tienen espacios reservados en la televisión pública, así como en las calles y programan mítines electorales en los que, cada vez más, se ofrece señal previamente realizada sin dejar que los medios busquen su propio material o una interpretación que no sea la buscada por los departamentos de telegenia de los partidos. (Como si los intereses de los mass media les permitiesen meter estopa a los partidos políticos, en fin).

Bueno, volviendo a la realidad asociada a las elecciones del día 22, sólo queda manifestar una cosa. El Partido Popular no tiene patente de corso a partir de su 'triunfo', espero que eso les haya quedado claro. Sus resultados positivos están en gran parte motivados por el desencanto de un gran sector de la población para con la clase política. Harían bien en no subestimar el poder del pueblo en este caso, ya que ha quedado claro que el nivel de indignación está en cotas históricas, y subiendo. Aún así, resultan deleznables los intentos por parte de varios de sus primeras espadas de apropiarse de este movimiento señalando que nuestras reivindicaciones son fruto de la gestión de Zapatero exclusivamente. Que no equivoquen a nadie, ellos también son el enemigo.

Del mismo modo cabe señalar que un partido presumiblemente socialista que lleva a cabo políticas más adecuadas para un pensamiento de derechas, es normal que desencante a cualquier votante que creía tener cimentados unos principios basados en la política como necesidad social, es decir, para mejorar la sociedad en su conjunto, no para enriquecer a ciertos sectores. En cualquier caso, la situación me recuerda un poco al final de El Engranaje de Sartre, en el que finalmente se ve cómo existen poderes fácticos que deciden directa o indirectamente por encima de los sistemas de gobierno aparentemente democráticos. Sólo que nuestra realidad es, que más que aceptar las intervenciones con resignación, se actúa en connivencia con dichas fuerzas, que resultan ser financieras y no militares, de momento.

En mitad de esta resaca post-electoral y puestos a subirnos al carro del surrealismo, tenemos que recordar que estas elecciones han batido el récord de políticos en las listas imputados por algún tipo de delito relacionado con la corrupción. De este modo llegamos a una situación en la que parece ser que se percibe la realidad como un 'que nos roben, pero que hagan algo', una apatía inadmisible puesto que se supone que la política es una voluntad de servicio público. Y en el sector público es donde más exigible es la competencia.

La política 'profesionalizada' se ha convertido en un negocio cuasi-familiar, de amiguismos y atropello institucionalizado de los derechos de la gente a la que gobiernan. Y lo peor es que los que se quejan desde formaciones políticas minoritarias es porque lo único que quieren es estar en igualdad de condiciones con las formaciones mayoritarias. Sienten que se les ningunea a ellos, pero nadie piensa que a los que se ningunea es a los electores.

No nos dejemos engañar por las declaraciones de Miguel Boyer, ex ministro socialista, que hace poco más de un año nos sorprendió diciendo “los políticos cobran poco y a este paso sólo vamos a tener analfabetos”. Si los políticos cobran poco, que baje Dios y lo vea. Porque me he hinchado de ver pancartas en las manifestaciones y concentraciones diciendo “Cobrar 600 euros al mes sí es violencia”. Un poco de cordura señores, o un poquito menos de desfachatez.

Y ya puestos vamos a hablar del sector privado, a colación de las declaraciones que el señor Boyer hizo en su día. Famoso es el caso de Eduardo Zaplana que tras hacer carrera en la política (y los negocios turbios) de la Comunitat Valenciana, fue nombrado consejero en Europa de Telefónica, una compañía privatizada durante uno de las legislaturas gobernadas por el Partido Popular. Un proceso en el que curiosamente, Villalonga y Aznar resultaron ser compañeros de clase (y no me refiero a la conciencia de clase, que también, ya que siempre fueron pudientes) en el colegio y amigos desde temprana edad.

Si escribo estas líneas referentes a la privacidad de los negocios es por dos razones claves. La primera es que el capitalismo privatiza los beneficios pero socializa las pérdidas, como hemos podido ver con las inyecciones de dinero público a la banca privada, sin que ello acarrease la nacionalización de las entidades afectadas.

Ya no es un rescate de empresas que produzcan bienes reales y fomenten el empleo, sino de las de un tejido que fomenta la especulación y que en conjunto sigue obteniendo beneficios insultantes. Si un sistema capitalista liberal fomenta la libre regulación del panorama empresarial y casi demoniza el intervencionismo estatal ¿por qué no se deja quebrar a estas entidades? (La respuesta no la voy a dar yo, bastante clara está. Si eres un pequeño comerciante o autónomo que lo pierde todo te dan por el culo. Si eres un financiero que ha hecho las cosas mal por pura avaricia, mereces ser rescatado).

En medio de todo esto encontramos empresas estratégicas españolas que siguen generando beneficios año tras año sin ser demasiado escrupulosas a nivel laboral. De este modo es como nos encontramos con el Santander, que es la empresa financiera más potente de la eurozona y que casualmente, cada vez externaliza más su modelo de negocio, basando más de la mitad de sus ingresos en América Latina y algunas otras economías emergentes. No es una tendencia única, ya que en la banca privada española esto es una realidad. Por encima del 50% de sus beneficios se focalizan en inversión fuera del país, convirtiéndonos en una unidad de negocio más. Imagen radiografiada de lo que se interesan por el beneficio común de la sociedad en la que nos ha tocado vivir.

Al hablar del sector financiero no podemos olvidar una cosa. Curiosamente, cuando España se ha visto agitada por oleadas de 'indignados' en muchas de sus capitales de provincias y ciudades significativas, el valor de nuestra deuda aumenta hasta límites históricos. Con esto quiero hacer ver que esto es como la famosa frase de Guerra: “El que se mueva, no sale en la foto.”

Es decir, que todo aquel país que ose ir en contra de los intereses de los mercados, será acosado por ellos de manera especulativa hasta hundir su economía. De esta manera serán rescatados y, teniendo en cuenta que la deuda a nivel individual es la esclavitud moderna, ¿qué podemos esperar de la deuda a nivel colectivo? Eso es algo que dejo en el aire.

Por otro lado, tenemos a Movistar (Telefónica), que en el año en el que se reparten dividendos de récord, no contentos con despedir a 6.000 personas, van a por las 8.500. como señala Ignacio Escolar. Recordemos, por lo del récord, que en un momento determinado esta empresa fue pública, y que se privatizó a dedo favoreciendo amiguismos políticos. Recordemos también que la infraestructura telecomunicativa española a nivel de red, pertenece a esta empresa (ahora a sus dueños privados, no públicos) y que, por tanto, ejercen derechos de explotación sobre el resto de empresas que ofrecen servicios de esta índole. Vamos, ya no es que jodan un sector estratégico mediante la privatización beneficiando de manera flagrante a los 'amiguitos' del Gobierno, es que ya se lo han montado para trincar pasta de todos lados convirtiendo una empresa pública en una máquina de hacer dinero para arcas privadas.

Después de ver la gestión de Salud y Educación llevada a cabo por el gobierno de desEsperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, en la que la Sanidad y Educación suponen las últimas fases del robo que se está llevando y que tiene como víctimas a los ciudadanos.

Aquí viene cuando la gente me degüella dialécticamente, pero bueno, ya estoy acostumbrado. Abogo de manera firme por la nacionalización de los sectores estratégicos como son: banca. energía, telecomunicaciones educación, sanidad, etc... Es impermisible que las élites en posición de invertir en sectores privatizados se lucren de manera brutal ofreciendo servicios que resultan necesarios. Más aún que puedan poner por delante la rentabilidad económica que la necesidad poblacional, siendo sangrantes los casos referidos a Sanidad y Educación. Seguramente vendrán las hordas de derechistas y de “progres bienpensantes” (gracias Nega), bueno, de derechistas, para decirme que estos dos servicios aún son públicos en España. ¿Empezamos a hablar de el favorecimiento de la educación privada y el copago (o repago) sanitario? Lo dejamos para otro día mejor.

Puestos a pegar un repaso a nivel general, y expuestos los casos empresariales, tendremos que hablar de los sindicatos. Aunque bueno, actualmente los mayoritarios operan como empresas. Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores tienen una eficacia nula en lo que la a la defensa de los derechos de los trabajadores se refiere.

No hablo del plano interno de cada empresa, donde muchas personas (no los sindicatos) se preocupan por intentar favorecer unas mejores condiciones de trabajo para sus compañeros. Aunque evidentemente, en este estrato también existe cierta lacra de individuos que no entienden que su función es más importante que el poder tomarse ciertas horas libres a lo largo de la semana. A lo que me refiero es que a nivel estatal, los sindicatos han vendido a los trabajadores a cambio de subvenciones y prebendas en connivencia con el gobierno desde que este país es mal llamado demócrata.

Urge pues, también, una reforma de la ley que regula la financiación de los sindicatos. Hasta el día en el que estos no se mantengan exclusivamente con el dinero procedente de las cuotas de sus afiliados, no empezarán a luchar por ellos. Es triste tener que capitalizar este asunto, pero a estas alturas está claro que esto es así. Del mismo modo, podríamos hablar de la regulación de financiación de los partidos, en lo legal y en lo ilegal. Porque denunciar la financiación ilegal institucionalizada, como se ha demostrado presentando una cifra inaudita de imputados en las listas electorales, es una obligación, pero no lo es menos arremeter contra la subida de las dotaciones y subvenciones para las campañas electorales que, se presupone, representan una financiación legal. Pero ilícita.

Y para concluir (ahora viene cuando me cuelgan del palo más alto) mi crítica hacia los movimientos sociales ciudadanos que se han formado en este pedazo de historia nombrado como 15M. Existen ciertos puntos que sería conveniente aclarar. En esto han tomado parte diferentes plataformas que no voy a pasar a enumerar. También otras, al menos en Sol, se han ido apuntando y subiendo al carro después de que germinase una semilla ciudadana de hastío y necesidad de cambio.

No entiendo los distanciamientos creados entre las propias plataformas queriéndose distinguir las unas de las otras. No se si es un intento de medirse las pollas a ver quién la tiene más grande, o es que de verdad las divergencias de criterios son tan insalvables. Desde mi punto de vista, lo bonito de todo esto es que se ha conseguido movilizar a la gente bajo un mismo sentimiento de indignación. No hagamos ahora que las cosas se derrumben por un 'quítame allá esas pajas'.

Del mismo modo quiero reflejar que en su afán por democratizar hasta el tipo de pan que es mejor para hacer los bocadillos que reparten de manera gratuita a los acampadores, han perdido la capacidad funcional. Sé que el funcionalismo es matar el alma humana en función de lo que se estima necesario y que, por tanto es otra forma de la capitalización de la persona, pero debemos entender que para poder luchar contra esto, tenemos que organizarnos de manera efectiva, tener capacidad de decisión y actuación real, y no debatirnos entre devaneos mentales que poco nos aportan a nivel efectivo.

En cuanto a lo que a comunicación se refiere, mejor ni entrar a hablar. Veo una ausencia total de comunicación institucional al margen de las portavocías, que en momentos determinados han cometido errores de bulto. El principal problema de esto es que, aunque estos errores se subsanen en las asambleas, las piezas mediáticas que aparecen son las que a ellos les interesan. He estado en Sol varios días acampando, o durmiendo en el suelo, porque no tengo tienda, y cuando intenté enterarme de por qué no se lanzaban comunicados oficiales al menos con las decisiones de las asambleas la respuesta fue “que no se querían usar los mismos métodos que ellos.” (fue la respuesta de una persona del mostrador de la Comisión de Comunicación, que entiendo que por “ellos” se refería a los mass media que han pretendido manipular todo esto desde el segundo momento, ya que en el primero ni siquiera le prestaron atención).

El caso es que si no comunicas, no existes. Y lo peor de todo, es que si existes y no comunicas tú, hay alguien que va a hacerlo por ti. Nos quejamos de la flagrante falta de ética que llevan a cabo los mass media a la hora de referirse a nosotros, pero no les damos nada que pueda refutar lo que ellos dicen. Entiendo que lo de institucionalizar la comunicación suena a demoníaco por la estructura actual de las plataformas que rigen, o quieren regir, o se apropian de la acción ciudadana bajo su bandera. Pero hasta el momento en el que se consigan cambiar varias cosas hay que luchar contra ellos con sus armas. No será por falta de profesionales concienciados con la necesidad del cambio social.

Por tanto, todos tenemos que estar muy atentos para ver qué hacemos y cómo lo hacemos. Como Dijo Íñigo Errejón en el programa de La Tuerka CMI de hoy se “asimila lo legal como legítimo” (o algo similar). Cuando la justicia no es justa, cuando la política no es 'poli', cuando falla lo que se supone que es básico, es hora de exigir un cambio.

Y na eso, que perdón por la chapa que os acabo de dar, pero es que era necesario...


Dimitri.

Pic: No se de quién es, pero se sale.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Sólo es miércoles



Las multitudinarias manifestaciones promovidas por Democracia real Ya tomaron las calles de distintas ciudades españolas de forma pacífica para mostrar la profunda decepción y la determinación de cambiar las cosas a mejor de buena parte de la sociedad. Los revolucionarios no eran esta vez imberbes y rastas, sino gente corriente de todas las edades que ya no digería bien las mentiras que los mandamases insistían en hacerles tragar. Eso fue el domingo.

La prensa ignoró con condescendencia las protestas, obvió en la medida que pudo las posteriores acampadas y se esmeró en pintar un retrato robot de manifestante calcado del tópico del hippy y el okupa. Fuera de las redes sociales, el 15M parecía no haber existido más allá de la pataleta incívica de un puñado de piojosos.

Las protestas pacíficas y multitudinarias han arreciado. Las imágenes de las plazas ocupadas, desalojadas y vueltas a llenar hablan por sí mismas. El malestar es real. La decisión de los individuos también. La coordinación colectiva ya no puede acallarse. Los medios transigen.

Hoy hay portadas, artículos de opinión, debates, intervenciones telefónicas serias de acampados en tertulias radiofónicas. Se ve que en España ya se han enterado de lo que fuera se está llamando spanish revolution. Sólo es miércoles.

Pepa Pertejo

Agradecimientos por esta estupenda aportación externa a La Tasca del Polaco.

martes, 17 de mayo de 2011

Despresurización informativa (o De como los medios nos engañan por omisión).



Seguro que todos conocéis la sensación que se tiene cuando se hace un viaje largo en avión. Cuando entras por la escalinata o el túnel de embarque te adentras en un microcosmos lleno de personas con el mismo interés que tú, llegar a su destino. Mientras dura la travesía lo más que puedes es fijarte en lo que hay dentro de cabina, o mirar por las minúsculas ventanas. El avión no es más que una pequeña mancha en el cielo difícil de distinguir desde la tierra y, cuando por fin bajas, ves que te encuentras otra vez ante el mundo. Y aunque sea en otro lugar, sigue siendo exactamente lo mismo.

Bien, pues esto es lo que ha ocurrido con las manifestaciones convocadas por Democracia Real Ya. Los que estuvimos en alguna de ellas sabemos muy bien como se desarrollaron y que la respuesta ciudadana fue multitudinaria. Como de momento no dispongo del don de la ubicuidad me limitaré a referirme a la que tuvo lugar en Madrid, siendo mis conclusiones extrapolables a las del resto de ciudades.

En este caso, nuestro 'avión' partió de Cibeles a Sol con un pasaje más que notable en términos cuantitativos, y cualitativos, como se terminaría viendo por las actitudes de los manifestantes. No extraña la escasa cobertura del evento por parte de los mass media, de hecho lo peor de todo es que a estas alturas nos parece normal.

La cabina de nuestra protesta permaneció estanca por decisión propia de los medios de comunicación, que bien dirigidos por sus intereses comerciales decidieron que su línea editorial no debía dar cabida a un movimiento ciudadano que refleja un sentimiento generalizado de hastío hacia una clase política afincada en el servilismo a las élites económicas. Ya no es una cuestión de discernir entre unos medios y otros en base a su orientación sociopolítica, porque cualquier atisbo de ideología ligada a la información ha muerto, la única ideología es el dinero. Todas aquellas manifestaciones informativas que vayan en contra de los intereses económicos son desdeñadas al instante. De esta manera se incurre en una doble infracción de la ética deontológica periodística: el desprecio sistemático hacia todos los manifestantes, puesto que era motivo de sobra para lograr un alto índice de impactos en los medios generalistas, y hacia las audiencias, ya que la manera de desvirtuar el interés informativo es flagrante.

Los primeros ecos de la actividad de las manifestaciones en estos medios supuestamente informativos se produjeron al día siguiente, enfocándose principalmente en la acampada espontánea que se había montado en la Puerta del Sol. Es tristemente cínico que ninguna de estas televisiones tuviera imágenes de la manifestación en sí. Debe ser porque no estuvieron.

Del asunto de la cobertura de la convocatoria en días previos no podemos hacer mucha valoración en términos de impacto, porque fue totalmente nula, no fuese a ser que a la gente le diese por ir. Esto nos da una imagen fidedigna de la radiografía de alineación de los mass media. No dudan en hacer la guerra por su cuenta para favorecer la psuedotendencia política que abrazan por amiguismos varios (es una tontería hablar de convicciones a estas alturas) pero cuando se presenta un movimiento que amenaza el establishment que garantiza su modelo de negocio corren a silenciar incluso lo evidente. Porque miles de personas llenando el trayecto que va de Cibeles a Sol durante horas, son una evidencia.

A estas alturas es poco útil hablar de teorías sobre los flujos y manifestaciones de la comunicación de masas, ya no nos encontramos ante algo como la Espiral del Silencio o la Agenda Setting, ni siquiera es la imposición del discurso dominante de manera obloigada y dirigida (no natural). Estamos ante actos organizados, premeditados y alevosos de delincuencia informativa que pretenden callar la voz de un sector de la sociedad que está en contra de la aceptación sumisa de un sistema que nos convierte en mercancías en manos de las élites financieras.

De la cobertura post-manifestación, ¿qué podemos decir? Casi mejor no decir nada, porque es lo mismo de siempre. Inexactitudes (voluntarias o accidentales), falsedades y errores de base. Para empezar, no fue una manifestación únicamente de jóvenes. A ella acudieron personas de todas las franjas de edad, incluídas familias con sus hijos pequeños y ancianos que no dudaron en unirse a la protesta. Del mismo modo que el término 'ansistema' se utiliza para catalogar cualquier tipo de acción ciudadana de un tiempo a esta parte. ¿”Proclamas antisistema”? ¿”Estética antisistema”? Que alguien me lo explique, por favor, porque la manifestación de Democracia Real Ya en Madrid fue marcadamente heterogénea y las proclamas que en ella se gritaron fueron lo mínimamente exigible en una tesitura como la que atravesamos.

Visto este comportamiento, me viene a la cabeza la locución pronunciada por Kevin Spacey en la película Seven, en la que explica cierta estrategia para obtener de manera inmediata la atención. Me pregunto si a estas alturas, la única manera será vernos obligados a "usar un mazo de hierro".



Mientras tanto, al otro lado de la cuerda, los políticos siguen con su campaña para las Municipales y las Autonómicas en un año en el que se han aumentado un 9% las subvenciones a los partidos para este menester mientras nosotros tenemos que sufrir ajustes y recortes porque hay que “apretarse el cinturón”. Deleznable.



Bien, pues una vez visto que se esfuerzan para mantener presurizada la cabina de esta protesta no vaya a ser que contagiemos a los que aún no se han enterado, sólo podemos decirles una cosa. El avión acaba de despegar, y el viaje va a ser largo, pero la mancha en el cielo que representamos será cada vez más grande, y eso no vais a poder esconderlo.

Dimitri

Agradecimientos:
Fotografía y Diseño, DRSO
Organización: Democracia Real Ya y Juventud SIN Futuro (Entre otras).

lunes, 18 de abril de 2011

Underground y publicidad: del oxímoron al hastío.




Hola yonkis de Internet. Me dirijo a vosotros una vez más para plantear un asunto que me llama la atención de un tiempo a esta parte, relacionado con el mundo de la creatividad publicitaria. Y parafraseando a Marianico 'El Corto' en “Una de zombis”, lo haremos comenzando por el principio, siguiendo por el medio y terminando por el final. Que se entienda, sin mierdas de flashbacks ni estructuras narrativas complejas.

La raíz etimológica de la palabra publicidad viene del latín "Publicus, -a, -um" , que significa "perteneciente a todo el mundo". Es decir, etimológicamente, la publicidad se refiere a la captación de un mensaje que pretende hacer algo público, es decir, acercarlo a la mayoría de estratos sociales posibles.

Hasta aquí, todo comprendido, si bien es cierto que el negocio publicitario no se basa en los aspectos etimológicos del término, sino en sus aspectos funcionales. La segmentación de los públicos en función de los modelos de negocio y los bienes y servicios ofertados es una realidad tangible en el sistema capitalismo postproductivo, basado en el consumo continuado, con un alto índice de rotación de los productos.

No es posible olvidar la simbiosis existente (por no decir dependencia) del negocio publicitario respecto al resto de negocios productivos. La publicidad crea intangibles, o al menos se encarga de mostrar las bondades de un producto concreto, que ayudan a la venta de este (nunca de manera determinante). Si no se vende, no se compran servicios de comunicación. Si no se compra comunicación, se suele vender menos. Y si no se vende, se cierra. Silogismo puro, o la pescadilla que se muerde la cola, como prefiráis.

Aquí es donde entra en juego la moda. No me refiero al concepto puramente sociológico, sino al de tendencia. En un sistema económico basado en el capitalismo de consumo, de bienes físicos, servicios y experiencias, la rotación de las modas es un elemento determinante para mantener bien engrasada la maquinaria de consumo.

No debemos olvidar que las sociedades occidentales desarrolladas son, sociológicamente, cada vez más postconsumistas. Con esto quiero decir, que muchas veces buscan la experiencia o el sentimiento asociado, más que el producto (lo que no quiere decir que el consumo pierda importancia).

De esta manera se instaura la emotividad como fuente de la creación publicitaria frente a la racionalidad como fuente de creación de realidad, la disyuntiva entre lo que vivimos y aquello a lo que aspiramos. La creación del sentimiento de pertenencia a un grupo referencial como necesidad exaltada.

En este punto entra en juego el coolhunting (caza de tendencias, para los castellanoparlantes). Es cierto que no todos los productos o marcas necesitan posicionarse estratégicamente mediante conceptos de transgresión de la moda establecida para favorecer otra que, por estar menos extendida, es mas cool, pero está claro que dado el valor de la diferenciación juega un papel primordial, sobre todo entre los target que van de la adolescencia a la juventud. Existen factores sociológicos y psicológicos para explicar la necesidad de un gran segmento de seres humanos de inmiscuirse en estos grupos referenciales, del mismo modo que otros individuos que se encuentran en el grupo que se intenta reflejar, han estado ahí desde siempre, y seguirán cuando la moda cambie.

Y ahora viene cuando la matan. Hace poco vi emitida en televisión la nueva campaña de una conocida marca de ropa deportiva que, en su línea de zapatillas, aprovecha la estética de la 'rave culture' para acercarse a los jóvenes que, una vez más, viven un fenómeno que no comprenden. Las 'raves' o 'free partys', lejos de lo que la gente pueda pensar, suponen toda una cultura asociada. Que la proliferación de este tipo de fiestas, muchas veces a cargo de personas que no comprenden lo que significan, haya llegado a calar en gran parte del público juvenil, ha supuesto la necesidad para esta marca de alinearse de esta manera con su target.

La moda ahora fluctúa de manera vertiginosa, y ahora toca ser alternativo, del mismo modo que el pseudo-rap irrumpió en anuncios de operadoras de teléfono o incluso alimentación. Se copia la estética de un movimiento cultural para que cool sea un concepto intangible asociado a la marca, muchas veces arrastrando por el suelo la propia cultura (el ejemplo claro es la aplicación de este pseudo-rap, en el que ni siquiera se contrata a un artista rap para hacer algo medianamente digno).

En el caso de la campaña de esta marca de ropa deportiva, unimos al ya mencionado ejemplo de transgresión para crear algo cool el hecho de que la 'rave culture' se basa en la ilegalidad (la prohibición es también algo morboso y guay), para crear una nueva campaña de publicidad dirigida a los jóvenes que, una vez más, de manera emotiva y nada racional, les inclina a necesitar un producto para sentirse parte de un grupo.

De este modo podemos ver como la comunicación publicitaria es capaz de dictar las necesidades en los individuos cada vez más dependientes de los mass media. La masa social puede cambiar de parecer, o aceptar ciertos comportamientos o estéticas simplemente porque la publicidad dice que eso ahora es no ya aceptable, sino necesario y objeto de deseo. El principal problema de este tipo de técnicas publicitarias es cuando se pierde el respeto y se vulgariza una cultura que para alguna gente es su día a día y el motivo de su trabajo. El desvirtuar algo digno y convertirlo en cutre y casposo (puesto que rara vez se cuenta con verdaderos representantes de esa cultura para la pieza publicitaria). De esta manera se mercadea con algo que muchas veces los propios creativos ni siquiera comprenden.

CUZ WE WERE UNDERGROUND BEFORE IT WAS COOL.

Ejemplo de prostitución de una cultura para fines publicitarios.




Ejemplo de una creación cultural al margen de la publicidad




Dimitri Dixit

viernes, 18 de marzo de 2011

PerDiodismo (o PerDIOSisimo) Deportivo.


Eduardo Inda, director del diario Marca (Fuente: Google)



De todos es sabido que los medios de comunicación siguen líneas editoriales que dictan los contenidos y el tratamiento que se le da a los temas en función de los intereses del grupo empresarial y no de la libertad de prensa del redactor (de esto hablaremos en otra ocasión, ya que es interesante el fenómeno por el que, cuando tenemos derechos para decir cualquier cosa, no podemos hacerlo porque no le interesa al que nos paga). Pero existen en la estructura mediática española ejemplos continuados y sistemáticos de mala praxis periodística.

En cierta ocasión un profesor al que le tengo mucho aprecio me dijo que los periodistas deberían estar colegiados (como médicos o abogados). Que estos señores den gracias de no estarlo, porque cualquier día les crujían. La impunidad del mal periodista ha llegado hasta cotas insospechadas. No ya legislativamente, sino dentro de la propia estructura empresarial de los medios.

Creo que a nadie le pillará muy desubicado el caso “Lidia Lozano”, cierta redactora de una cadena de televisión generalista que emuló a Jesucristo resucitando en directo a la hija de un conocido artista. Sólo le faltó ponerla a caminar como Lázaro, o cabalgando como El Cid, pero se ve que en producción no tenían cuerda suficiente para hacer una marioneta tan grande. Curiosamente, en el medio de comunicación que le pagaba la nómina, tampoco tuvieron cuerda suficiente para ahorcarla, profesionalmente hablando. Igual es que el caché de las madres de hijas de toreros no deja dinero para material fungible. Y lo que me preocupa más aún, ¿tendrán bolígrafos los redactores? Eso explicaría muchas cosas.

He intentado ser correcto hasta ahora apelando a connotaciones en lugar de a denotaciones, pero que coño, no puedo resistirme. A mi me gusta comparar a Telecinco con una planta de procesado de residuos: Tienen un modelo de negocio que se sostiene gracias a la basura de la sociedad, reciclan todo lo que pueden y excretan al olvido lo que ya no pueden explotar de ninguna manera.

No hay que ser un lince para ver por dónde va la analogía. El periodismo deportivo cada vez peca más de los vicios del tertulianismo rosa (llamarlo “del corazón” me produce arritmias). Por si no fuera suficiente con el resto de malas costumbres adquiridas por el periodismo general y el deportivo en particular, ahora también hay que hacer un máster en verdulería para ejercer.

Que el el forofo deportivo deja entrever, si no las muestra de manera desinhibida, sus más bajas pasiones cuando se le menta a su equipo para bien o para mal, es un hecho social bien documentado. Todos hemos presenciado la típica discusión de bar en la que un taxista y un albañil, por poner como ejemplo un fenotipo social español creíble, ensalzan o crucifican a personalidades del deporte a discreción con más vehemencia que argumentación lógica.

Esto, que no es más que el pan nuestro de cada día, que es perfectamente comprensible, aceptable y justificable no tiene ningún tipo de efectos nocivos. Es más, despellejar a la gente es un entretenimiento típicamente español que además es muy sano; por algún lado tendremos que descargar. El problema viene cuando los periodistas ejercen de de esta manera fuera del bar, estando de servicio, en una redacción o un plató de televisión.

En esta tesitura nos encontramos, señores. El periódico con más difusión de España no pasa de ser un sainete que puede resultar cómico leído con criterio y pensamiento crítico, pero poniéndonos serios, la verdad es que da miedo. No hablo ya de los errores de estilo (no se si tendrán corrector), las faltas de ortografía y erratas o los fallos de maquetación. Cuando digo que asusta me refiero a su línea editorial y el tratamiento de la información. De hecho, la última vez que fui a la biblioteca habían cambiado el Marca de la hemeroteca a la sección de ciencia ficción.
No voy a entrar a evaluar todos los errores que he ido apuntando religiosamente y refiriendo en sendas cartas al director al señor Eduardo Inda (si algún profesor de periodismo suyo lee esto que contacte conmigo, por favor, empiezo a dudar que haya cursado estudios relacionados). Ya escribí de eso hace tiempo, y tampoco quiero repetirme demasiado, arremeteré sólo contra el motivo de indignación que me ocupa ahora mismo.

El martes, 15 de marzo de 2011, el diario Marca publicaba una carta al director bajo el título “El dopaje y el rendimiento deportivo del Barcelona”, escrita por Alejo Ledo, un lector del diario afincado en Lugo. En la misma, este aventurado lector afirmaba categóricamente que los jugadores del Fútbol Club Barcelona se dopan de manera sistemática y que su plus de forma física se debe a eso, que es una evidencia (todo esto sin aportar ningún tipo de documentación que le respaldase). Son acusaciones muy graves de una persona que seguramente no tenga en cuenta que eso puede ser catalogado de injurias y calumnias. Pero eso no es lo realmente importante, cafres hay en todos los sitios, animalico...

El problema viene cuando un diario promadridista que últimamente está perdiendo el norte gracias a su genial equipo de dirección y, por orden cronológico, saca un reportaje en dos días sobre lo supuestamente fácil que es doparse con impunidad en la Liga BBVA, después se hace eco de las declaraciones de la Cadena Cope, y finalmente sirve de altavoz a Don Alejo, un especialista en en medicina deportiva de referencia y experiencia contrastada (nótese la ironía). Evidentemente, los vacíos legales del tipo “el programa no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus tertulianos” hacen que Marca no tenga ninguna responsabilidad judicial sobre la publicación de ese contenido, pero si deberían tener, al menos, responsabilidad periodística, ética corporativa, o como quieran llamarlo, si es que conocen algunos de esos conceptos.

Para la gente que no sepa como funciona lo de las cartas al director, ahí va. El periódico se reserva el derecho de publicar o no la carta, y además de editarla por exigencias de espacio o corrección. Visto esto y amparado en la capacidad de elección del diario Marca, tienen la misma responsabilidad de haberla publicado que la persona que la ha escrito por enviarla. De hecho, tienen más responsabilidad, ya que los periodistas están en la obligación ética y legal de informar de manera veraz.

Del mismo modo paso a extractar parte de una carta enviada por mi parte al diario Marca en su día:

“En la página seis del número del jueves 4/11/2010, en la columna de Jose Vicente Hernáez, titulada "Con perdón", su redactor califica el arbitraje del A.C. Milán - Real Madrid como un "brutal atentado contra los derechos humanos". No se si este hombre, que alcanzo a suponer que es licenciado de Periodismo y tiene una dilatada trayectoria profesional, ha oído hablar de Ruanda, Darfur, Srebrenica o siquiera del pueblo kurdo. Calificar el arbitraje de cualquier partido, por nefasto que sea, como un "atentado contra los derechos humanos" es, además de un error profesional, una falta de respeto y un motivo más que suficiente para ponerle a caer de un burro. (Por mucho que se puedan escudar desde su medio diciendo que las opiniones son libres y que dotan de libertad de prensa a sus redactores). Respecto a lo de "brutal", queda decir que a los que hemos estudiado periodismo, se nos ha enseñado a no utilizar los adjetivos a la ligera. Si de por sí la anterior calificación sobre el arbitraje ya es una desfachatez de bulto, este añadido termina de rematar la faena.”

Si el Marca puede calificar un arbitraje futbolístico como un “brutal atentado contra los derechos humanos” yo puedo calificar sin que me tiemble el pulso al diario Marca como un EJEMPLO CLARO DE TERRORISMO INFORMATIVO.

Del mismo modo que tengo que decir que un periódico que tiene en plantilla como colaboradora a Leticia Sabater me inspira poca confianza informativa, supongo que he de agradecerle al señor Inda que Santiago Segurola, Pau Gasol y Don Alfredo Di Stefano mantengan la seriedad y la cordura.

Y ya puestos a subirnos al rollo de lo bizarro no puedo evitar mentar a Intereconomía y el programa Punto Pelota (emitido en redifusión la mañana del miércoles a eso de las 6:00 h.), conducido con mayor o menor gloria por Josep Pedreroll. Ver a una pandilla de periodistas, o personas que dicen serlo, entre ellos Tomás “Cochinillo” Roncero, poniéndose a hablar de catalanismo o españolismo, es algo que me lleva al éxtasis. Entiendo que estos periodistas venden más y que por eso yo estoy en paro, pero de ahí a que me dejen en paro cardíaco, media un océano. Ojiplático me encuentro.

Tras ilustrar con estos ejemplos mi argumentación me voy a permitir una frivolidad, ya que están tan asumidas en la profesión de un tiempo a esta parte. Para cerrar como hemos abierto, intentaré hacer una fusión entre la crónica rosa (me niego a llamarlo periodismo) y el periodismo deportivo actual. Después de las últimas declaraciones de Esperanza Aguirre sobre Mourinho sólo puedo pensar dos cosas: ¿Le está tirando los trastos o es simplemente que le agradece que además de desviar la atención y la presión de sus jugadores, también descargue de importancia al resto de temas de actualidad que de verdad tendrían que tener en cuenta los votantes madrileños?

PANEM ET CIRCENSES (Y CADA VEZ MENOS PAN).

Ah sí, y ahí va también lo dicho recientemente por Pepu Hernández, ex seleccionador nacional de baloncesto: "Me hubiese gustado ser periodista... pero no deportivo"

Por último, desde aquí quiero mandarle un abrazo muy fuerte, esté donde esté, al grandísimo Andrés Montes por los buenos ratos que nos brindó a todos. Un periodista deportivo al que nunca le hizo falta tirarse al barro para dar espectáculo.

Dimitri Ryznard.

lunes, 14 de marzo de 2011

Compra de todo, vende tu alma.


Los últimos días los temas estrella en la actividad informativa vienen siendo la crisis desatada en Libia contra el gobierno de Gadafi y el lanzamiento del I-Pad 2, el nuevo producto de Apple que pasa por ser una revisión mejorada de la primera versión.

No hace mucho leí en Twitter un post que decía algo como “No me hables de Libia, acaban de presentar el I-Pad 2”. Lo que presumo que pretende ser un una caricatura de la situación realizada por una persona que se de sobra que es inteligente, se convierte una ves más en un fiel retrato de la realidad social en la que nos encontramos.

Visto esto, que al fin y al cabo no es más que la consecuencia lógica de un sistema de producción y consumo establecido, sería conveniente exponer ciertos asuntos que nos ayudarán a comprender mejor la situación que nos toca vivir.

Capitalismo de consumo:

En primer lugar nos referiremos al sistema organizativo que rige las transacciones en la gran mayoría del mundo actualmente: el capitalismo. Esta doctrina económica tiene varias vertientes y ha sufrido muchas evoluciones a lo largo del tiempo, pero lo que hoy nos interesa es el llamado capitalismo de consumo.

El sistema capitalista de producción potenció a las empresas favoreciendo el desarrollo del sector industrial, más aún tras el final de la II Guerra Mundial, pero no es el que impera actualmente. Con la creación de la producción masificada se produjo además la necesidad de favorecer la accesibilidad de la base poblacional a los bienes de larga duración, que anteriormente sólo estaban al alcance de ciudadanos con una alta capacidad adquisitva. De este modo proliferó la concesión de créditos al consumo, lo que transformó el sistema económico de manera aparentemente no sensible, pero estructuralmente radical. Como veremos más adelante, este cambio fue significativo para explicar la situación financiera que vivimos a día de hoy.

En base a esto la estructura económica cambia profundamente. Se favorece el consumo de la gran mayoría de la población, que contrae deudas (con intereses) con la banca privada. De este modo se institucionaliza la usura que, a su vez, favorece el desarrollo empresarial con la inyección de capitales que de otro modo sólo estarían al servicio de las élites (que curiosamente son los dueños de las grandes industrias y la banca privada).

La mayoría del mundo que entendemos por desarrollado se encuentra en una fase de economía consumista o postconsumista. Lo que no podemos olvidar es que aunque una realidad cultural se encuentre enmarcada en el segundo grupo por su contexto de comportamiento global, esta no deja de funcionar como fuerza de consumo ya que el postconsumismo, más que una ruptura con la corriente consumista, significa una asimilación implícita de la primera con añadiduras emocionales y cambios valorativos.

De este modo la estructura económica cambia. Las empresas producen, venden y pagan los salarios. Los asalariados (a nivel global) consumen y retroalimentan el circuito generando beneficios para las empresas. En una dinámica capitalista normal, la empresa es un ente que genera beneficios y los asalariados sólo cobran un sueldo por su fuerza de trabajo, por lo que mediante las plusvalías, cada vuelta dada a este circuito genera un beneficio neto para la entidad, mientras que las personas siempre tienen un nivel de gasto por su dinámica de vida.

Así pues, se conforma un sistema económico basado en ese feedback, se les da a las personas fuerza monetaria para consumir, y se favorece el consumo mediante el dinero a crédito. Este es un doble negocio, ya que genera beneficios para las empresas productivas, pero también para el entramado financiero. Para que el modelo se mantenga es necesario que se siga consumiendo, a ser posible, cada vez más. Aquí es donde entran en juego la publicidad y la obsolescencia programada.
Entendemos por obsolescencia programada el fenómeno por el cual las empresas tienen planificada la vida del producto no en función de la excelencia en el proceso de calidad, sino basándose en una duración máxima que genere una nueva necesidad en el futuro. De este modo los modelos de fabricación favorecen el alto índice de rotación y obsolescencia de productos que en un primer momento deberían ser de larga duración, o al menos estaban diseñados para eso en su concepción original.

Obsolescencia programada:

Existen infinidad de ejemplos actuales que nos pueden ilustrar de manera práctica para comprender mejor este fenómeno, pero me limitaré a exponer uno muy significativo: El consumo de cáñamo por la industria textil se fue sustituyendo paulatinamente por el de otras fibras menos robustas, como el algodón, para reducir la duración de las prendas fabricadas y generar así una mayor tasa de consumo entre la población, además de un consumo periódico asegurado.

Para entender mejor este fenómeno industrial podemos echarle un vistazo a un genial documental realizado por Osima Dannoritzer y coproducido por RTVE.

COMPRAR, TIRAR, COMPRAR (Documental sobre la obsolescencia programada) : http://www.youtube.com/watch?v=QosF0b0i2f0

Pero la obsolescencia programada no se basa sólo en reducir la vida útil de los bienes de consumo que compramos, existe otro factor determinante que favorece el alto índice de rotación de los productos: la moda.

En este escenario entenderemos la moda, por llegar a un concepto simple y funcional, como la tendencia o pauta de comportamiento que la mayoría de una sociedad o cultura tipo sigue en diferentes aspectos de la vida de las personas. Además, la moda forma parte de los procesos de integración de los individuos en las sociedades a las que pertenecen, por lo que es un factor muy importante en el sentimiento de pertenencia al grupo.

En este proceso han tenido un gran peso los medios de comunicación masiva y la comunicación comercial. El gran éxito de la publicidad reside en la capacidad que ha demostrado a la hora de generar necesidades en un primer momento inexistentes. Es decir, favorecer el ansia de los individuos por poseer ciertos bienes. De este modo la concepción misma de las sociedades de consumo se ha transformado a través de la comunicación provocando no sólo nuevas necesidades, sino haciendo que escojamos entre productos análogos en cuanto a prestaciones sólo por su diseño o la marca que los fabrica.

Esta tendencia que genera la competencia de libre mercado entre las diferentes empresas, hace a su vez que la innovación para desarrollar nuevos productos, aunque sea sólo a nivel de diseño, haga quedarse obsoletos a los bienes de consumo que ya poseemos. Así pues, una nueva corriente estética o moda puede hacer que productos en perfectas condiciones de uso sean relegados al baúl se los recuerdos, si no a la basura, para ser sustituidos por una versión posterior de los mismos.

Recurriendo a un aforismo del sector publicitario recogido por Álex Grijelmo, director de la Agencia F, en su libro La Seducción de las Palabras, diremos que “la publicidad no vende productos, sino que compra clientes”. Esto debe ayudar a que podamos hacernos una idea de cual es el propósito de la comunicación comercial y cómo esta puede influir en los consumidores haciendo que los productos se queden obsoletos por mera convención social y no por desgaste.

Un claro ejemplo de la obsolescencia de los productos por su diseño se encuentra en el sector textil, la competencia entre diferentes marcas hace que sus diseños se adapten cada vez más las nuevas modas que influyen en la sociedad. En el enlace subsiguiente se puede apreciar los diseños de una conocida marca deportiva que ha tomado como motivo decorativo la gran importancia que tienen actualmente las redes sociales e Internet. Que cada cual juzgue como más le convenga.

http://www.fayerwayer.com/2011/02/zapatillas-deportivas-nike-a-la-google-twitter-y-firefox

De igual manera podemos tener en cuenta una teoría personal no documentada pero con ciertos indicios que justifican al menos su verosimilitud, no su veracidad. En periodos de crisis económica como el que atravesamos, las grandes marcas (sobre todo las de bienes tecnológicos y de larga duración) adelantan el lanzamiento al mercado de nuevas versiones de sus productos que dejan aparentemente obsoletas a las anteriores. Esto les proporciona una doble ventaja mercantil, mientras que los consumidores premium siguen teniendo dinero para adquirir los nuevos lanzamientos, las versiones antiguas se abaratan haciéndose accesibles para los clientes menos pudientes.

Negocio financiero:

Una vez explicadas las dinámicas que se producen dentro de una sociedad capitalista en la que el consumo continuado es el motor del sistema económico por fuerza tendremos que adentrarnos en el trasfondo de esta situación y las implicaciones que este tiene. Como señalamos antes, uno de los principales catalizadores del volumen de compra del ciudadano son los créditos al consumo ofrecidos por las entidades bancarias. No es necesario que nos refiramos a la financiación hipotecaria de una vivienda o de un vehículo, se ofrecen préstamos de menor cuantía para adquirir bienes o servicios.

Aquí es donde entra en juego lo que procederemos a llamar dinero ficticio. Aplicaremos este término a los intereses que la deuda contraída con el banco genera, y que tenemos que saldar a cuenta del dinero que se nos ha prestado. Existen diversos sistemas de gravamen por intereses, tantos como entidades bancarias o productos financieros de crédito, pero el fundamento es el mismo.

Un paso que va más allá de los créditos al consumo dados por las entidades bancarias en las que tenemos una cuenta, o domiciliación de recibos o nómina, es el de los servicios de tarjetas de crédito ligados a una cuenta bancaria que puede ser de otra entidad. Aquí entra en juego el modelo de negocio de empresas como Citibank, por decir una sobre la que es fácil encontrar información.

Citibank, además de otra serie de servicios bancarios, ofrece la posibilidad de contratar tarjetas de crédito de diversa índole. Con ellas, los usuarios pueden acceder automáticamente a una línea de préstamo que oscila en función de sus ingresos y que va aumentando paulatinamente, según vayamos necesitando más crédito. Los intereses de estas tarjetas son presentados por sus comerciales en cifras mensuales. Lo que se guardan de indicar es que el porcentaje de interés es acumulativo, y que llega a alcanzar más del 20% anual.

La entidad permite además fragmentar el pago en condiciones aparentemente ventajosas, pero es porque su modelo de negocio se basa en prolongar más y más la deuda del cliente, aumentando así los intereses sobre ella de manera exponencial. Por tanto, se añaden nuevos intereses no sobre el valor dinero, sino sobre el valor tiempo. Es por eso que la deuda crece sobre valores ficticios y no ya sobre dinero real que hemos pedido prestado. De este modo puede darse la situación de que la cuota de pago que ejercemos sea en mayor medida para compensar intereses, que para devolver el dinero que nos ha sido concedido a crédito.

Este es sólo un ejemplo de la economía especulativa de futuribles. Se establecen valores de interés sobre opciones de consumo a años vista, como ocurre también en el mercado energético. Con esta organización financiera se favorece el endeudamiento de los individuos a largo plazo, lo que significa más beneficios reales de la banca sobre lo que hemos aceptado llamar dinero ficticio.

Existe un ejemplo especialmente claro dentro de la legislación y el marco económico de España, que es el que afecta a los préstamos hipotecarios. Recientemente, una sentencia de la Audiencia de Navarra daba por saldada la deuda con la entidad bancaria tras entregar las llaves del bien inmueble. Posteriormente, esta sentencia fue anulada y los dos partidos políticos mayoritarios (PP y PSOE) rechazaron la propuesta de IU de que se obligase de manera legislativa a la banca a que la entrega de la vivienda liquidase la deuda contraída. A continuación se exponen enlaces a piezas informativas sobre el tema por orden cronológico (seleccionadas al azar):

http://www.elpais.com/articulo/economia/juez/avala/primera/vez/devolver/piso/liquida/hipoteca/elpepueco/20110126elpepueco_12/Tes
http://www.publico.es/espana/345222/iu-propone-que-las-hipotecas-se-cancelen-entregando-la-vivienda
http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/2845718/02/11/3/PSOE-y-PP-rechazan-obligar-a-la-banca-a-que-la-entrega-del-piso-salde-las-hipoteca.html

Este es sólo un ejemplo de la importancia de los bancos en los países que llamamos desarrollados y democráticos. Representan un gran polo de poder e influencia sobre los gobiernos de cualquier tendencia ya que, o tienen invertidas fuertes sumas de dinero en sus campañas (de hecho las tienen distribuidas en las campañas de todos los candidatos para asegurarse la influencia) cuando la legislación permite un gran volumen de donaciones, o los mismos partidos políticos dependen de las entidades bancarias para renegociar los créditos que han obtenido a lo largo de los años y a los que no les pueden hacer frente. Eso sin olvidar que, de la misma manera, la banca privada es la encargada de ofrecer préstamos a las empresas para que estas puedan acometer ciertas operaciones, por lo que se crea una doble relación de dependencia: se convierten en pieza indispensable del sistema económico y además se benefician de él a corto, medio y largo plazo entrando en el terreno de lo que catalogamos anteriormente como dinero ficticio.

Sobre este mercado de intereses futuros condicionados por el tiempo se gestaron también los productos bancarios que presuntamente fueron uno de los principales factores que provocaron la crisis financiera mundial. Las hipotecas subprime (préstamos de alto riesgo riesgo a un interés más alto de lo normal, de carácter normalmente hipotecario) y la especulación favorecida por grandes capitales privados y hedge funds de grandes entidades bancarias dieron paso a una caída en cadena de los mercados (consecuencia lógica de la globalización económica).

Información sobre hipotecas subprime: http://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_de_las_hipotecas_subprime
Información sobre los hedge funds:
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-89824-2007-08-17.html

Este fenómeno global que a su vez ha provocado la quiebra y la necesidad de ayudas públicas de numerosas entidades bancarias, ha traído consigo una consecuencia paradójica. El sistema financiero es un producto directo de una economía capitalista de libre mercado pero, en el momento en el que los rigores de este modelo les han pasado factura, han sido rescatados con dinero público.
En un tejido empresarial como el español en el que las pequeñas y medianas empresas generaban el 89% de los nuevos empleos en 2006 y más de el 50% del empleo total en 2010, ¿qué pueden pensar todos aquellos que tuvieron que cerrar sus negocios familiares cuando los propios estados evitan que el libre mercado regule el sector financiero? Las conclusiones, como siempre, las sacan ustedes.

Información sobre la importancia de la Pyme en España:
http://www.educaweb.com/noticia/2006/04/10/pymes-generan-89-total-empleo-espana-11172.html
http://blogtrabajos.com/el-mayor-porcentaje-del-empleo-disponible-en-las-pymes/
http://www.sage.es/radiografiadelapyme2010/Radiografia_de_la_pyme_2010.pdf

En esta tesitura, la tónica reinante en el sistema financiero privado (entre las entidades que no han presentado pérdidas) es seguir pagando bonus millonarios a sus directivos. Cuando los planes de austeridad escogidos o impuestos sobre ciertas economías obligan a la persona media a renunciar a muchas cosas para poder seguir comiendo, cuando muchas de estas personas pierden su medio de vida al quedarse sin empleo, la banca privada sigue ganando dinero.

Dado que en el sistema económico en el que nos encontramos, las empresas son entidades cuyo fin último es generar beneficios económicos, no diré que esto sea malo. Lo indignante es que la banca privada, defensora a ultranza del liberalismo y la autorregulación de los mercados no se rija por esas mismas doctrinas en sus momentos de dificultad. Muy al contrario, los gobiernos rescatan negocios privados con dinero público, cuando lo justo sería que ese dinero se invirtiera en asegurar la supervivencia mínima de ciertos colectivos sociales y dejar que los negocios financieros que han ejercido de mala manera quiebren.

De este modo se sigue perpetuando su modelo de negocio, dándoles además patente de corso para seguir ejerciendo las tropelías que tienen por costumbre. Además de demostrarse que pueden seguir actuando de manera abusiva sin miedo, se siguen engordando sus cuentas de beneficio con lo que hemos decidido llamar dinero ficticio, todo ese margen de interés que se genera mediante el crédito y que tanto les interesa mantener durante el mayor tiempo posible. Así pues, nos encontramos en un periodo de esclavitud moderna, puesto que además de trabajar para nuestros respectivos jefes, trabajamos para el banco. Vivimos encadenados a lo que consumimos, puesto que somos capaces de arrodillarnos (figurada o literalmente) con tal de mantener un puesto de trabajo que nos garantice una nómina a primeros de mes, y poder comenzar así otra vez el juego del consumo.

“Detrás de cada gran fortuna hay un delito.” Honoré de Balzac

“Y si la usura no es delito, que baje Dios y lo vea.” Dimitri Ryznard


Dimitri Ryznard

miércoles, 2 de marzo de 2011

Si Pasteur levantase la cabeza... (pio pio que yo no he sido).



Me dirijo a vosotros para comentaros un asunto que últimamente me tiene escamado. No es flor de un día, dado que en los últimos años hemos visto cómo se ha creado alarma social a nivel sanitario tanto con la Gripe Aviar como con la Gripe Porcina, enfermadades que realmente nunca han llegado a convertirse en una pandemia como preveía la Organización Muncial de la Salud (OMS).

En primer lugar quisiera remarcar que la OMS depende directamente de la Organización de Naciones Unidas (ONU), un organismo que, pese a ser el adalid de la buena voluntad y los derechos humanos a lo largo y ancho del mundo, responde a intereses económicos y políticos, muchas veces no demasiado transparentes, por no decir ilegales. No ahondaré en esta cuestión, los que quieran hacerlo pueden leer el libro de Eric Frattini “ONU: Historia de una corrupción”, el cual encontrarán muy interesante.

Una vez hecho este apunte, para que cada cual saque sus propias conclusiones, procederé a explicar el motivo de mi digresión:

Después de que una gran parte de la población se vacunase “religiosamente” contra estas plagas apocalípticas que iban a acabar con la humanidad de un plumazo, generando pingües beneficios para las farmacéuticas que desarrollaron dichas vacunas, se ha visto que la preocupación que se debía tener por semejantes enfermedades era más bien poca.

Podemos recordar el episodio de debate entre PP y PSOE durante esta legislatura referente al número de dosis de vacunas que se debían comprar para garantizar la cobertura a los grupos de riesgo (asunto que por cierto trajo cola en los debates políticos). Después de que los Estados adquiriesen números ingentes de estos medicamentos, deberíamos pararnos a analizar cuántas personas sufrieron la enfermedad. Tomemos como ejemplo España, que es lo que mas cerca nos toca.

Visto esto, podemos concluir que la relación entre pacientes y beneficios de las farmacéuticas no es precisamente proporcional, lo cual me lleva a pensar que la amenaza real no se corresponde con la difundida por la siempre bien engrasada maquinaria de los medios de comunicación de masas al servicio de los capitales privados o de los gobiernos (también al servicio de los capitales privados).

Debemos tener en cuenta que la financiación de las campañas electorales de países con sistema presidencialista, entre ellos EE.UU depende en gran medida de las aportaciones y donaciones de capitales privados. En este punto, las grandes empresas farmacéuticas tienen mucho que decir, ya sea sobre el opio de Afganistán (materia prima para medicamentos opioides), como sobre la erradicación o el control de enfermedades en África. Sus grandes donaciones (en muchos casos a ambos partidos) les aseguran la devolución de favores gane quien gane las elecciones finalmente. En resumidas cuentas, un negocio redondo.

No tenemos que echar un vistazo al mal llamado Tercer Mundo (este es un término que se acuñó para definir a los países que no estaban del lado de ninguno de los dos bloques durante la Guerra Fría). En nuestras sociedades desarrolladas existen enfermos ignorados por estas compañías, ya que el desarrollo de la cura para sus enfermedades no resulta rentable, dado el bajo índice de incidencia sobre la población. Es decir, una condena a muerte amparada en la ley de libre mercado. Además, nos encontramos en un sistema capitalista basado en el beneficio, en el que un enfermo crónico, medicado de por vida, es mucho mas rentable que una cura definitiva para su enfermedad.

Tras exponer esto, procederé a explicar mi situación. Me encuentro encamado con casi cuarenta de fiebre, sin explicación médica aparente salvo “un proceso vírico”. Este mismo cuadro lo presentan muchísimas personas en estas fechas, a los hechos me remito. No he tenido fiebre en los últimos cuatro años (la última vez por una infección bacteriológica perfectamente documentada). Veo como uno tras otro, mis allegados van contrayendo este virus y, casualidades de la vida, necesitando medicación en abundancia para sobrellevarlo y finalmente superarlo. Me pregunto qué mal es el que me mantiene enfermo, si ni siquiera los médicos son capaces de darme una explicación. Lo único que sé, es que las compañías que fabrican y distribuyen medicamentos se estarán frotando las manos antes de comenzar a contar el dinero.

Mi principal pregunta es: ¿Quién puede asegurarnos que empresas privadas que se lucran distribuyendo remedios para enfermedades, no crean enfermedades para después distribuir remedios?

En una época en la que se intenta erradicar el término Social de la Responsabilidad Social Corporativa, me gustaría saber cuáles son las políticas de RSC que llevan a cabo las compañías farmacéuticas. Está claro que, desde luego, no son las que llevan a erradicar enfermedades entre la humanidad, puesto que sería eliminar nichos de mercado.

No podemos olvidar que en la época postconsumista que vivimos en los países del orbe de economías desarrolladas, la fuerza de venta de los productos y los beneficios de las grandes compañías se basan en la creación de necesidades. Blanco y en botella.

Para concluir, me es imposible evitar el silogismo con el caso de Victor Bout, el supuesto traficante de armas al que se le apoda “El Mercader de la Muerte”. Bien, habría que conocer muchas verdades que se escapan a nuestro alcance para saber quiénes son los verdaderos Mercaderes de la Muerte.

Como último apunte, en un mundo de capitalismo voraz en el que, cada vez más, todos los servicios que deberían ser públicos se privatizan con una desfachatez asombrosa, abogo por nacionalizar las farmacéuticas mucho antes que la banca, ya que la fuerza económica de un estado tiene el mismo, o mayor poder para la investigación que la del capital privado.

“LA AMBICION SUELE LLEVAR A LOS HOMBRES A EJECUTAR LOS MENESTERES MAS VILES;POR ESO PARA TREPAR SE UTILIZA LA MISMA POSTURA QUE PARA ARRASTRARSE…” J. Swift

Dimitri Ryznard dixit.