viernes, 18 de marzo de 2011

PerDiodismo (o PerDIOSisimo) Deportivo.


Eduardo Inda, director del diario Marca (Fuente: Google)



De todos es sabido que los medios de comunicación siguen líneas editoriales que dictan los contenidos y el tratamiento que se le da a los temas en función de los intereses del grupo empresarial y no de la libertad de prensa del redactor (de esto hablaremos en otra ocasión, ya que es interesante el fenómeno por el que, cuando tenemos derechos para decir cualquier cosa, no podemos hacerlo porque no le interesa al que nos paga). Pero existen en la estructura mediática española ejemplos continuados y sistemáticos de mala praxis periodística.

En cierta ocasión un profesor al que le tengo mucho aprecio me dijo que los periodistas deberían estar colegiados (como médicos o abogados). Que estos señores den gracias de no estarlo, porque cualquier día les crujían. La impunidad del mal periodista ha llegado hasta cotas insospechadas. No ya legislativamente, sino dentro de la propia estructura empresarial de los medios.

Creo que a nadie le pillará muy desubicado el caso “Lidia Lozano”, cierta redactora de una cadena de televisión generalista que emuló a Jesucristo resucitando en directo a la hija de un conocido artista. Sólo le faltó ponerla a caminar como Lázaro, o cabalgando como El Cid, pero se ve que en producción no tenían cuerda suficiente para hacer una marioneta tan grande. Curiosamente, en el medio de comunicación que le pagaba la nómina, tampoco tuvieron cuerda suficiente para ahorcarla, profesionalmente hablando. Igual es que el caché de las madres de hijas de toreros no deja dinero para material fungible. Y lo que me preocupa más aún, ¿tendrán bolígrafos los redactores? Eso explicaría muchas cosas.

He intentado ser correcto hasta ahora apelando a connotaciones en lugar de a denotaciones, pero que coño, no puedo resistirme. A mi me gusta comparar a Telecinco con una planta de procesado de residuos: Tienen un modelo de negocio que se sostiene gracias a la basura de la sociedad, reciclan todo lo que pueden y excretan al olvido lo que ya no pueden explotar de ninguna manera.

No hay que ser un lince para ver por dónde va la analogía. El periodismo deportivo cada vez peca más de los vicios del tertulianismo rosa (llamarlo “del corazón” me produce arritmias). Por si no fuera suficiente con el resto de malas costumbres adquiridas por el periodismo general y el deportivo en particular, ahora también hay que hacer un máster en verdulería para ejercer.

Que el el forofo deportivo deja entrever, si no las muestra de manera desinhibida, sus más bajas pasiones cuando se le menta a su equipo para bien o para mal, es un hecho social bien documentado. Todos hemos presenciado la típica discusión de bar en la que un taxista y un albañil, por poner como ejemplo un fenotipo social español creíble, ensalzan o crucifican a personalidades del deporte a discreción con más vehemencia que argumentación lógica.

Esto, que no es más que el pan nuestro de cada día, que es perfectamente comprensible, aceptable y justificable no tiene ningún tipo de efectos nocivos. Es más, despellejar a la gente es un entretenimiento típicamente español que además es muy sano; por algún lado tendremos que descargar. El problema viene cuando los periodistas ejercen de de esta manera fuera del bar, estando de servicio, en una redacción o un plató de televisión.

En esta tesitura nos encontramos, señores. El periódico con más difusión de España no pasa de ser un sainete que puede resultar cómico leído con criterio y pensamiento crítico, pero poniéndonos serios, la verdad es que da miedo. No hablo ya de los errores de estilo (no se si tendrán corrector), las faltas de ortografía y erratas o los fallos de maquetación. Cuando digo que asusta me refiero a su línea editorial y el tratamiento de la información. De hecho, la última vez que fui a la biblioteca habían cambiado el Marca de la hemeroteca a la sección de ciencia ficción.
No voy a entrar a evaluar todos los errores que he ido apuntando religiosamente y refiriendo en sendas cartas al director al señor Eduardo Inda (si algún profesor de periodismo suyo lee esto que contacte conmigo, por favor, empiezo a dudar que haya cursado estudios relacionados). Ya escribí de eso hace tiempo, y tampoco quiero repetirme demasiado, arremeteré sólo contra el motivo de indignación que me ocupa ahora mismo.

El martes, 15 de marzo de 2011, el diario Marca publicaba una carta al director bajo el título “El dopaje y el rendimiento deportivo del Barcelona”, escrita por Alejo Ledo, un lector del diario afincado en Lugo. En la misma, este aventurado lector afirmaba categóricamente que los jugadores del Fútbol Club Barcelona se dopan de manera sistemática y que su plus de forma física se debe a eso, que es una evidencia (todo esto sin aportar ningún tipo de documentación que le respaldase). Son acusaciones muy graves de una persona que seguramente no tenga en cuenta que eso puede ser catalogado de injurias y calumnias. Pero eso no es lo realmente importante, cafres hay en todos los sitios, animalico...

El problema viene cuando un diario promadridista que últimamente está perdiendo el norte gracias a su genial equipo de dirección y, por orden cronológico, saca un reportaje en dos días sobre lo supuestamente fácil que es doparse con impunidad en la Liga BBVA, después se hace eco de las declaraciones de la Cadena Cope, y finalmente sirve de altavoz a Don Alejo, un especialista en en medicina deportiva de referencia y experiencia contrastada (nótese la ironía). Evidentemente, los vacíos legales del tipo “el programa no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus tertulianos” hacen que Marca no tenga ninguna responsabilidad judicial sobre la publicación de ese contenido, pero si deberían tener, al menos, responsabilidad periodística, ética corporativa, o como quieran llamarlo, si es que conocen algunos de esos conceptos.

Para la gente que no sepa como funciona lo de las cartas al director, ahí va. El periódico se reserva el derecho de publicar o no la carta, y además de editarla por exigencias de espacio o corrección. Visto esto y amparado en la capacidad de elección del diario Marca, tienen la misma responsabilidad de haberla publicado que la persona que la ha escrito por enviarla. De hecho, tienen más responsabilidad, ya que los periodistas están en la obligación ética y legal de informar de manera veraz.

Del mismo modo paso a extractar parte de una carta enviada por mi parte al diario Marca en su día:

“En la página seis del número del jueves 4/11/2010, en la columna de Jose Vicente Hernáez, titulada "Con perdón", su redactor califica el arbitraje del A.C. Milán - Real Madrid como un "brutal atentado contra los derechos humanos". No se si este hombre, que alcanzo a suponer que es licenciado de Periodismo y tiene una dilatada trayectoria profesional, ha oído hablar de Ruanda, Darfur, Srebrenica o siquiera del pueblo kurdo. Calificar el arbitraje de cualquier partido, por nefasto que sea, como un "atentado contra los derechos humanos" es, además de un error profesional, una falta de respeto y un motivo más que suficiente para ponerle a caer de un burro. (Por mucho que se puedan escudar desde su medio diciendo que las opiniones son libres y que dotan de libertad de prensa a sus redactores). Respecto a lo de "brutal", queda decir que a los que hemos estudiado periodismo, se nos ha enseñado a no utilizar los adjetivos a la ligera. Si de por sí la anterior calificación sobre el arbitraje ya es una desfachatez de bulto, este añadido termina de rematar la faena.”

Si el Marca puede calificar un arbitraje futbolístico como un “brutal atentado contra los derechos humanos” yo puedo calificar sin que me tiemble el pulso al diario Marca como un EJEMPLO CLARO DE TERRORISMO INFORMATIVO.

Del mismo modo que tengo que decir que un periódico que tiene en plantilla como colaboradora a Leticia Sabater me inspira poca confianza informativa, supongo que he de agradecerle al señor Inda que Santiago Segurola, Pau Gasol y Don Alfredo Di Stefano mantengan la seriedad y la cordura.

Y ya puestos a subirnos al rollo de lo bizarro no puedo evitar mentar a Intereconomía y el programa Punto Pelota (emitido en redifusión la mañana del miércoles a eso de las 6:00 h.), conducido con mayor o menor gloria por Josep Pedreroll. Ver a una pandilla de periodistas, o personas que dicen serlo, entre ellos Tomás “Cochinillo” Roncero, poniéndose a hablar de catalanismo o españolismo, es algo que me lleva al éxtasis. Entiendo que estos periodistas venden más y que por eso yo estoy en paro, pero de ahí a que me dejen en paro cardíaco, media un océano. Ojiplático me encuentro.

Tras ilustrar con estos ejemplos mi argumentación me voy a permitir una frivolidad, ya que están tan asumidas en la profesión de un tiempo a esta parte. Para cerrar como hemos abierto, intentaré hacer una fusión entre la crónica rosa (me niego a llamarlo periodismo) y el periodismo deportivo actual. Después de las últimas declaraciones de Esperanza Aguirre sobre Mourinho sólo puedo pensar dos cosas: ¿Le está tirando los trastos o es simplemente que le agradece que además de desviar la atención y la presión de sus jugadores, también descargue de importancia al resto de temas de actualidad que de verdad tendrían que tener en cuenta los votantes madrileños?

PANEM ET CIRCENSES (Y CADA VEZ MENOS PAN).

Ah sí, y ahí va también lo dicho recientemente por Pepu Hernández, ex seleccionador nacional de baloncesto: "Me hubiese gustado ser periodista... pero no deportivo"

Por último, desde aquí quiero mandarle un abrazo muy fuerte, esté donde esté, al grandísimo Andrés Montes por los buenos ratos que nos brindó a todos. Un periodista deportivo al que nunca le hizo falta tirarse al barro para dar espectáculo.

Dimitri Ryznard.

1 comentario:

  1. EL periodismo generalista hace tiempo que empezó a frecuentar malas compañías, pero el deportivo directamente se engancho a las drogas.
    El diario Marca así como otras publicaciones relacionadas con el mundo deportivo, están queriendo sacar la cabeza del agujero a base de hacer un "periodismo" (me da vergüenza llamarlo así) barato, de poca calidad y tan solo basado en rumores no contrastados y noticias de poca monta, que tristemente a día de hoy les llena las sacas de dinero a costa de lectores ávidos de "información", que no de INFORMACIÓN..........THIS is Spain!!!

    PD: Y encima a partir del día 28 de este mes la pagina del -NY Times- pasara a ser de pago, como si no hubiésemos tenido suficiente con que nos cambiaran un buen canal de noticias como CNN+ por Gran Hermano 12, manda cojones.

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