jueves, 26 de mayo de 2011

Un par de cosas sueltas.




Llegó el 22 de mayo y pasó por delante de nosotros sin ningún cambio a mejor. Porque cambios significativos sí que hubieron, entre ellos la capacidad del Partido Popular para aprovechar el descontento general y la desidia de unos votantes que, si bien marcaron la jornada por la abstención, terminaron por dar su brazo a torcer entregándole el control de municipios y comunidades a la derecha más rancia y castiza, la española.

Si la única oportunidad que tenemos para ejercer un voto de castigo sobre un Partido Socialista Obrero Español, al que de socialista y obrero no le quedan más que las siglas, es votar a la derecha (de manera directa o por omisión de nuestra responsabilidad de sufragio) estamos apañados.

Crecen por otro lado las opciones minoritarias, pero poco y de manera poco representativa. El Partido Popular barre en estas elecciones haciéndose con el control de la mayoría de comunidades y localidades.

Y es que el sistema electoral protege a los partidos y las candidaturas, no a los electores. En una situación que bien recuerda al Pacto del Pardo (1885), en el que Cánovas y Sagasta acordaron una gobernación basada en el turno rotativo. Curiosamente, en aquel momento también se protegió la continuidad de una monarquía, asunto del que hablaremos en otro momento.

El sistema legislativo que rige nuestras elecciones resulta extremadamente ilusorio. El sufragio universal es un término manido y se supone que uno de los grandes logros de la lucha por los derechos sociales, pero a la vez se convierte en una trampa de doble vertiente. Por un lado, una democracia sofista y demagoga basada en una mayoría no cualificada, aborregada y manipulada por los resortes comunicativos. Por el otro, el que hace la ley hace la trampa, y esta ley electoral fomenta el bipartidismo de manera salvaje, convirtiendo las opciones minoritarias en eternas candidatas a la nada. Amparados en la excusa de la gobernabilidad efectiva esquilman la posibilidad de cambio. Vivimos una pseudodemocracia basada en un sistema 'representativo pero no proporcional', que cada uno lo entienda como quiera o pueda.

Refiriéndonos al primer punto, no me posiciono en una meritocracia intelectual como vía de escape, puesto que la igualdad entre las personas sí que es un derecho básico universal, aunque ya no la respete nadie. Pero llegados a este momento viene al pelo resaltar la crítica de Platón a la mal llamada democracia, puesto que el poder no reside actualmente en el pueblo, sino en un sistema burocrático que da la falsa apariencia de capacidad de elección real.

En cuanto al segundo, relacionado con el primero, es en esta tesitura cuando un cambio de la ley electoral se hace más necesario, y así lo reivindican diferentes movimientos ciudadanos, además de algunos partidos (que evidentemente sólo quieren verse igual de favorecidos que los mayoritarios). La realidad es la siguiente, el sistema actual sólo permite que las candidaturas vengan presentadas por las fuerzas políticas, es decir, sometidas previamente a la aceptación y sistematización de una estructura política 'profesional'. Vamos, que viven de ello.

Las listas abiertas son el demonio, no sea que a la gente le de por creer en las personas en lugar de en unas siglas anquilosadas en el pasado y agarradas con uñas y dientes a sus poltronas. De este modo es como los integrantes de los partidos están dispuestos a vender su alma por conservar su cuota de poder y, además, tienen los medios para hacerlo.

Como primer ejemplo cabe resaltar el aumento de un 9% de la cuantía de las subvenciones para las campaña electoral previa al 22M, mientras que el resto de ciudadanos debemos “apretarnos el cinturón”. Por si esto fuera poco, no podemos olvidar que por ley tienen espacios reservados en la televisión pública, así como en las calles y programan mítines electorales en los que, cada vez más, se ofrece señal previamente realizada sin dejar que los medios busquen su propio material o una interpretación que no sea la buscada por los departamentos de telegenia de los partidos. (Como si los intereses de los mass media les permitiesen meter estopa a los partidos políticos, en fin).

Bueno, volviendo a la realidad asociada a las elecciones del día 22, sólo queda manifestar una cosa. El Partido Popular no tiene patente de corso a partir de su 'triunfo', espero que eso les haya quedado claro. Sus resultados positivos están en gran parte motivados por el desencanto de un gran sector de la población para con la clase política. Harían bien en no subestimar el poder del pueblo en este caso, ya que ha quedado claro que el nivel de indignación está en cotas históricas, y subiendo. Aún así, resultan deleznables los intentos por parte de varios de sus primeras espadas de apropiarse de este movimiento señalando que nuestras reivindicaciones son fruto de la gestión de Zapatero exclusivamente. Que no equivoquen a nadie, ellos también son el enemigo.

Del mismo modo cabe señalar que un partido presumiblemente socialista que lleva a cabo políticas más adecuadas para un pensamiento de derechas, es normal que desencante a cualquier votante que creía tener cimentados unos principios basados en la política como necesidad social, es decir, para mejorar la sociedad en su conjunto, no para enriquecer a ciertos sectores. En cualquier caso, la situación me recuerda un poco al final de El Engranaje de Sartre, en el que finalmente se ve cómo existen poderes fácticos que deciden directa o indirectamente por encima de los sistemas de gobierno aparentemente democráticos. Sólo que nuestra realidad es, que más que aceptar las intervenciones con resignación, se actúa en connivencia con dichas fuerzas, que resultan ser financieras y no militares, de momento.

En mitad de esta resaca post-electoral y puestos a subirnos al carro del surrealismo, tenemos que recordar que estas elecciones han batido el récord de políticos en las listas imputados por algún tipo de delito relacionado con la corrupción. De este modo llegamos a una situación en la que parece ser que se percibe la realidad como un 'que nos roben, pero que hagan algo', una apatía inadmisible puesto que se supone que la política es una voluntad de servicio público. Y en el sector público es donde más exigible es la competencia.

La política 'profesionalizada' se ha convertido en un negocio cuasi-familiar, de amiguismos y atropello institucionalizado de los derechos de la gente a la que gobiernan. Y lo peor es que los que se quejan desde formaciones políticas minoritarias es porque lo único que quieren es estar en igualdad de condiciones con las formaciones mayoritarias. Sienten que se les ningunea a ellos, pero nadie piensa que a los que se ningunea es a los electores.

No nos dejemos engañar por las declaraciones de Miguel Boyer, ex ministro socialista, que hace poco más de un año nos sorprendió diciendo “los políticos cobran poco y a este paso sólo vamos a tener analfabetos”. Si los políticos cobran poco, que baje Dios y lo vea. Porque me he hinchado de ver pancartas en las manifestaciones y concentraciones diciendo “Cobrar 600 euros al mes sí es violencia”. Un poco de cordura señores, o un poquito menos de desfachatez.

Y ya puestos vamos a hablar del sector privado, a colación de las declaraciones que el señor Boyer hizo en su día. Famoso es el caso de Eduardo Zaplana que tras hacer carrera en la política (y los negocios turbios) de la Comunitat Valenciana, fue nombrado consejero en Europa de Telefónica, una compañía privatizada durante uno de las legislaturas gobernadas por el Partido Popular. Un proceso en el que curiosamente, Villalonga y Aznar resultaron ser compañeros de clase (y no me refiero a la conciencia de clase, que también, ya que siempre fueron pudientes) en el colegio y amigos desde temprana edad.

Si escribo estas líneas referentes a la privacidad de los negocios es por dos razones claves. La primera es que el capitalismo privatiza los beneficios pero socializa las pérdidas, como hemos podido ver con las inyecciones de dinero público a la banca privada, sin que ello acarrease la nacionalización de las entidades afectadas.

Ya no es un rescate de empresas que produzcan bienes reales y fomenten el empleo, sino de las de un tejido que fomenta la especulación y que en conjunto sigue obteniendo beneficios insultantes. Si un sistema capitalista liberal fomenta la libre regulación del panorama empresarial y casi demoniza el intervencionismo estatal ¿por qué no se deja quebrar a estas entidades? (La respuesta no la voy a dar yo, bastante clara está. Si eres un pequeño comerciante o autónomo que lo pierde todo te dan por el culo. Si eres un financiero que ha hecho las cosas mal por pura avaricia, mereces ser rescatado).

En medio de todo esto encontramos empresas estratégicas españolas que siguen generando beneficios año tras año sin ser demasiado escrupulosas a nivel laboral. De este modo es como nos encontramos con el Santander, que es la empresa financiera más potente de la eurozona y que casualmente, cada vez externaliza más su modelo de negocio, basando más de la mitad de sus ingresos en América Latina y algunas otras economías emergentes. No es una tendencia única, ya que en la banca privada española esto es una realidad. Por encima del 50% de sus beneficios se focalizan en inversión fuera del país, convirtiéndonos en una unidad de negocio más. Imagen radiografiada de lo que se interesan por el beneficio común de la sociedad en la que nos ha tocado vivir.

Al hablar del sector financiero no podemos olvidar una cosa. Curiosamente, cuando España se ha visto agitada por oleadas de 'indignados' en muchas de sus capitales de provincias y ciudades significativas, el valor de nuestra deuda aumenta hasta límites históricos. Con esto quiero hacer ver que esto es como la famosa frase de Guerra: “El que se mueva, no sale en la foto.”

Es decir, que todo aquel país que ose ir en contra de los intereses de los mercados, será acosado por ellos de manera especulativa hasta hundir su economía. De esta manera serán rescatados y, teniendo en cuenta que la deuda a nivel individual es la esclavitud moderna, ¿qué podemos esperar de la deuda a nivel colectivo? Eso es algo que dejo en el aire.

Por otro lado, tenemos a Movistar (Telefónica), que en el año en el que se reparten dividendos de récord, no contentos con despedir a 6.000 personas, van a por las 8.500. como señala Ignacio Escolar. Recordemos, por lo del récord, que en un momento determinado esta empresa fue pública, y que se privatizó a dedo favoreciendo amiguismos políticos. Recordemos también que la infraestructura telecomunicativa española a nivel de red, pertenece a esta empresa (ahora a sus dueños privados, no públicos) y que, por tanto, ejercen derechos de explotación sobre el resto de empresas que ofrecen servicios de esta índole. Vamos, ya no es que jodan un sector estratégico mediante la privatización beneficiando de manera flagrante a los 'amiguitos' del Gobierno, es que ya se lo han montado para trincar pasta de todos lados convirtiendo una empresa pública en una máquina de hacer dinero para arcas privadas.

Después de ver la gestión de Salud y Educación llevada a cabo por el gobierno de desEsperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, en la que la Sanidad y Educación suponen las últimas fases del robo que se está llevando y que tiene como víctimas a los ciudadanos.

Aquí viene cuando la gente me degüella dialécticamente, pero bueno, ya estoy acostumbrado. Abogo de manera firme por la nacionalización de los sectores estratégicos como son: banca. energía, telecomunicaciones educación, sanidad, etc... Es impermisible que las élites en posición de invertir en sectores privatizados se lucren de manera brutal ofreciendo servicios que resultan necesarios. Más aún que puedan poner por delante la rentabilidad económica que la necesidad poblacional, siendo sangrantes los casos referidos a Sanidad y Educación. Seguramente vendrán las hordas de derechistas y de “progres bienpensantes” (gracias Nega), bueno, de derechistas, para decirme que estos dos servicios aún son públicos en España. ¿Empezamos a hablar de el favorecimiento de la educación privada y el copago (o repago) sanitario? Lo dejamos para otro día mejor.

Puestos a pegar un repaso a nivel general, y expuestos los casos empresariales, tendremos que hablar de los sindicatos. Aunque bueno, actualmente los mayoritarios operan como empresas. Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores tienen una eficacia nula en lo que la a la defensa de los derechos de los trabajadores se refiere.

No hablo del plano interno de cada empresa, donde muchas personas (no los sindicatos) se preocupan por intentar favorecer unas mejores condiciones de trabajo para sus compañeros. Aunque evidentemente, en este estrato también existe cierta lacra de individuos que no entienden que su función es más importante que el poder tomarse ciertas horas libres a lo largo de la semana. A lo que me refiero es que a nivel estatal, los sindicatos han vendido a los trabajadores a cambio de subvenciones y prebendas en connivencia con el gobierno desde que este país es mal llamado demócrata.

Urge pues, también, una reforma de la ley que regula la financiación de los sindicatos. Hasta el día en el que estos no se mantengan exclusivamente con el dinero procedente de las cuotas de sus afiliados, no empezarán a luchar por ellos. Es triste tener que capitalizar este asunto, pero a estas alturas está claro que esto es así. Del mismo modo, podríamos hablar de la regulación de financiación de los partidos, en lo legal y en lo ilegal. Porque denunciar la financiación ilegal institucionalizada, como se ha demostrado presentando una cifra inaudita de imputados en las listas electorales, es una obligación, pero no lo es menos arremeter contra la subida de las dotaciones y subvenciones para las campañas electorales que, se presupone, representan una financiación legal. Pero ilícita.

Y para concluir (ahora viene cuando me cuelgan del palo más alto) mi crítica hacia los movimientos sociales ciudadanos que se han formado en este pedazo de historia nombrado como 15M. Existen ciertos puntos que sería conveniente aclarar. En esto han tomado parte diferentes plataformas que no voy a pasar a enumerar. También otras, al menos en Sol, se han ido apuntando y subiendo al carro después de que germinase una semilla ciudadana de hastío y necesidad de cambio.

No entiendo los distanciamientos creados entre las propias plataformas queriéndose distinguir las unas de las otras. No se si es un intento de medirse las pollas a ver quién la tiene más grande, o es que de verdad las divergencias de criterios son tan insalvables. Desde mi punto de vista, lo bonito de todo esto es que se ha conseguido movilizar a la gente bajo un mismo sentimiento de indignación. No hagamos ahora que las cosas se derrumben por un 'quítame allá esas pajas'.

Del mismo modo quiero reflejar que en su afán por democratizar hasta el tipo de pan que es mejor para hacer los bocadillos que reparten de manera gratuita a los acampadores, han perdido la capacidad funcional. Sé que el funcionalismo es matar el alma humana en función de lo que se estima necesario y que, por tanto es otra forma de la capitalización de la persona, pero debemos entender que para poder luchar contra esto, tenemos que organizarnos de manera efectiva, tener capacidad de decisión y actuación real, y no debatirnos entre devaneos mentales que poco nos aportan a nivel efectivo.

En cuanto a lo que a comunicación se refiere, mejor ni entrar a hablar. Veo una ausencia total de comunicación institucional al margen de las portavocías, que en momentos determinados han cometido errores de bulto. El principal problema de esto es que, aunque estos errores se subsanen en las asambleas, las piezas mediáticas que aparecen son las que a ellos les interesan. He estado en Sol varios días acampando, o durmiendo en el suelo, porque no tengo tienda, y cuando intenté enterarme de por qué no se lanzaban comunicados oficiales al menos con las decisiones de las asambleas la respuesta fue “que no se querían usar los mismos métodos que ellos.” (fue la respuesta de una persona del mostrador de la Comisión de Comunicación, que entiendo que por “ellos” se refería a los mass media que han pretendido manipular todo esto desde el segundo momento, ya que en el primero ni siquiera le prestaron atención).

El caso es que si no comunicas, no existes. Y lo peor de todo, es que si existes y no comunicas tú, hay alguien que va a hacerlo por ti. Nos quejamos de la flagrante falta de ética que llevan a cabo los mass media a la hora de referirse a nosotros, pero no les damos nada que pueda refutar lo que ellos dicen. Entiendo que lo de institucionalizar la comunicación suena a demoníaco por la estructura actual de las plataformas que rigen, o quieren regir, o se apropian de la acción ciudadana bajo su bandera. Pero hasta el momento en el que se consigan cambiar varias cosas hay que luchar contra ellos con sus armas. No será por falta de profesionales concienciados con la necesidad del cambio social.

Por tanto, todos tenemos que estar muy atentos para ver qué hacemos y cómo lo hacemos. Como Dijo Íñigo Errejón en el programa de La Tuerka CMI de hoy se “asimila lo legal como legítimo” (o algo similar). Cuando la justicia no es justa, cuando la política no es 'poli', cuando falla lo que se supone que es básico, es hora de exigir un cambio.

Y na eso, que perdón por la chapa que os acabo de dar, pero es que era necesario...


Dimitri.

Pic: No se de quién es, pero se sale.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Sólo es miércoles



Las multitudinarias manifestaciones promovidas por Democracia real Ya tomaron las calles de distintas ciudades españolas de forma pacífica para mostrar la profunda decepción y la determinación de cambiar las cosas a mejor de buena parte de la sociedad. Los revolucionarios no eran esta vez imberbes y rastas, sino gente corriente de todas las edades que ya no digería bien las mentiras que los mandamases insistían en hacerles tragar. Eso fue el domingo.

La prensa ignoró con condescendencia las protestas, obvió en la medida que pudo las posteriores acampadas y se esmeró en pintar un retrato robot de manifestante calcado del tópico del hippy y el okupa. Fuera de las redes sociales, el 15M parecía no haber existido más allá de la pataleta incívica de un puñado de piojosos.

Las protestas pacíficas y multitudinarias han arreciado. Las imágenes de las plazas ocupadas, desalojadas y vueltas a llenar hablan por sí mismas. El malestar es real. La decisión de los individuos también. La coordinación colectiva ya no puede acallarse. Los medios transigen.

Hoy hay portadas, artículos de opinión, debates, intervenciones telefónicas serias de acampados en tertulias radiofónicas. Se ve que en España ya se han enterado de lo que fuera se está llamando spanish revolution. Sólo es miércoles.

Pepa Pertejo

Agradecimientos por esta estupenda aportación externa a La Tasca del Polaco.

martes, 17 de mayo de 2011

Despresurización informativa (o De como los medios nos engañan por omisión).



Seguro que todos conocéis la sensación que se tiene cuando se hace un viaje largo en avión. Cuando entras por la escalinata o el túnel de embarque te adentras en un microcosmos lleno de personas con el mismo interés que tú, llegar a su destino. Mientras dura la travesía lo más que puedes es fijarte en lo que hay dentro de cabina, o mirar por las minúsculas ventanas. El avión no es más que una pequeña mancha en el cielo difícil de distinguir desde la tierra y, cuando por fin bajas, ves que te encuentras otra vez ante el mundo. Y aunque sea en otro lugar, sigue siendo exactamente lo mismo.

Bien, pues esto es lo que ha ocurrido con las manifestaciones convocadas por Democracia Real Ya. Los que estuvimos en alguna de ellas sabemos muy bien como se desarrollaron y que la respuesta ciudadana fue multitudinaria. Como de momento no dispongo del don de la ubicuidad me limitaré a referirme a la que tuvo lugar en Madrid, siendo mis conclusiones extrapolables a las del resto de ciudades.

En este caso, nuestro 'avión' partió de Cibeles a Sol con un pasaje más que notable en términos cuantitativos, y cualitativos, como se terminaría viendo por las actitudes de los manifestantes. No extraña la escasa cobertura del evento por parte de los mass media, de hecho lo peor de todo es que a estas alturas nos parece normal.

La cabina de nuestra protesta permaneció estanca por decisión propia de los medios de comunicación, que bien dirigidos por sus intereses comerciales decidieron que su línea editorial no debía dar cabida a un movimiento ciudadano que refleja un sentimiento generalizado de hastío hacia una clase política afincada en el servilismo a las élites económicas. Ya no es una cuestión de discernir entre unos medios y otros en base a su orientación sociopolítica, porque cualquier atisbo de ideología ligada a la información ha muerto, la única ideología es el dinero. Todas aquellas manifestaciones informativas que vayan en contra de los intereses económicos son desdeñadas al instante. De esta manera se incurre en una doble infracción de la ética deontológica periodística: el desprecio sistemático hacia todos los manifestantes, puesto que era motivo de sobra para lograr un alto índice de impactos en los medios generalistas, y hacia las audiencias, ya que la manera de desvirtuar el interés informativo es flagrante.

Los primeros ecos de la actividad de las manifestaciones en estos medios supuestamente informativos se produjeron al día siguiente, enfocándose principalmente en la acampada espontánea que se había montado en la Puerta del Sol. Es tristemente cínico que ninguna de estas televisiones tuviera imágenes de la manifestación en sí. Debe ser porque no estuvieron.

Del asunto de la cobertura de la convocatoria en días previos no podemos hacer mucha valoración en términos de impacto, porque fue totalmente nula, no fuese a ser que a la gente le diese por ir. Esto nos da una imagen fidedigna de la radiografía de alineación de los mass media. No dudan en hacer la guerra por su cuenta para favorecer la psuedotendencia política que abrazan por amiguismos varios (es una tontería hablar de convicciones a estas alturas) pero cuando se presenta un movimiento que amenaza el establishment que garantiza su modelo de negocio corren a silenciar incluso lo evidente. Porque miles de personas llenando el trayecto que va de Cibeles a Sol durante horas, son una evidencia.

A estas alturas es poco útil hablar de teorías sobre los flujos y manifestaciones de la comunicación de masas, ya no nos encontramos ante algo como la Espiral del Silencio o la Agenda Setting, ni siquiera es la imposición del discurso dominante de manera obloigada y dirigida (no natural). Estamos ante actos organizados, premeditados y alevosos de delincuencia informativa que pretenden callar la voz de un sector de la sociedad que está en contra de la aceptación sumisa de un sistema que nos convierte en mercancías en manos de las élites financieras.

De la cobertura post-manifestación, ¿qué podemos decir? Casi mejor no decir nada, porque es lo mismo de siempre. Inexactitudes (voluntarias o accidentales), falsedades y errores de base. Para empezar, no fue una manifestación únicamente de jóvenes. A ella acudieron personas de todas las franjas de edad, incluídas familias con sus hijos pequeños y ancianos que no dudaron en unirse a la protesta. Del mismo modo que el término 'ansistema' se utiliza para catalogar cualquier tipo de acción ciudadana de un tiempo a esta parte. ¿”Proclamas antisistema”? ¿”Estética antisistema”? Que alguien me lo explique, por favor, porque la manifestación de Democracia Real Ya en Madrid fue marcadamente heterogénea y las proclamas que en ella se gritaron fueron lo mínimamente exigible en una tesitura como la que atravesamos.

Visto este comportamiento, me viene a la cabeza la locución pronunciada por Kevin Spacey en la película Seven, en la que explica cierta estrategia para obtener de manera inmediata la atención. Me pregunto si a estas alturas, la única manera será vernos obligados a "usar un mazo de hierro".



Mientras tanto, al otro lado de la cuerda, los políticos siguen con su campaña para las Municipales y las Autonómicas en un año en el que se han aumentado un 9% las subvenciones a los partidos para este menester mientras nosotros tenemos que sufrir ajustes y recortes porque hay que “apretarse el cinturón”. Deleznable.



Bien, pues una vez visto que se esfuerzan para mantener presurizada la cabina de esta protesta no vaya a ser que contagiemos a los que aún no se han enterado, sólo podemos decirles una cosa. El avión acaba de despegar, y el viaje va a ser largo, pero la mancha en el cielo que representamos será cada vez más grande, y eso no vais a poder esconderlo.

Dimitri

Agradecimientos:
Fotografía y Diseño, DRSO
Organización: Democracia Real Ya y Juventud SIN Futuro (Entre otras).